Gonzalo declara su amor a Margarita y acaba en la cama con Lucrecia
- Te contamos el capítulo 80 a través de los mejores momentos
- Aviso: si no has visto el capítulo el texto te puede desvelar algunas tramas
Hemos tenido que esperar 80 capítulos de Águila Roja para asistir al momento más emocionante, esperado, y tantas veces interrumpido. Por fin nuestro héroe se ha declarado, por fin ha dicho “Te quiero” a Margarita, y le ha entregado un anillo de compromiso.
Pero vayamos por partes, el capítulo 80 ha sido muy intenso. Los protagonistas han estado al límite en cada una de las escenas. Gonzalo y Sátur esperaban encontrar a Cipri en la playa y fueron unos bandidos traficantes los que los encontraron a ellos. Aunque ha habido tiempo para todo, hasta para alegrarse la vista.
Margarita continúa cuidando a Monseñor Adrián en el convento, después de que llegase moribundo y pidiéndole que no desvelara su identidad. Monseñor duerme. Margarita le limpia la herida del pecho y le retira la sábana que le cubre. Descubre entonces que... ¡Está completamente desnudo!
La aventura del cultivo de chocolate en tierras africanas sigue en pie. Lucrecia no se rinde. Convoca a los más destacados mercaderes para que disfruten de una chocolatada en Palacio y manda también una muestra del chocolate al Rey. Incompresiblemente todos los mercaderes mueren al degustar el cacao, alguien lo ha envenenado y Lucrecia recuerda entonces que el Rey también probará el mismo chocolate. Presa del pánico se monta en un carruaje con Catalina para intentar parar la desgracia que se avecina. Catalina, muy afectada por lo que le pueda estar pasando a Cipri, le confiesa que se olvidó especificar, en el envío al Rey, que el chocolate era un presente de la Marquesa. Lucrecia respira, y por primera vez, y no sabemos si única vez, le planta un beso a Catalina en señal de agradecimiento.
Gonzalo y Sátur se hacen pasar por hombres dispuestos a enrolarse con los bandidos. El jefe de la banda no se lo cree del todo y les hace pasar una prueba. Deben dar 30 latigazos a un hombre que tienen apresado...¡Cipri! Gonzalo se niega, pero si no lo hace morirán los tres. Es una de las decisiones más duras a las que se ha enfrentado. Gonzalo coge el látigo y...
A pesar de las calamidades por las que tienen que pasar en la costa, la destreza de Águila Roja consigue salvarlos a todos. Cuando Cipri se encuentra en la Villa con Catalina saltan las chispas. Es un momento muy emocionante. Se abrazan bajo la atenta mirada de Alonso, y tienen que reprimir el impulso de besarse.
Después de tanto sufrimiento, Gonzalo tiene las cosas más claras que nunca. Va a declararse a Margarita. Y por increíble que nos parezca, esta vez su intención no se queda en meras palabras. Gonzalo aparece sorprendentemente en la estancia de Margarita en el convento y comienza a hablar sin parar. Margarita no se lo puede creer. Gonzalo pide perdón una y otra vez y le dice cuánto la quiere:
"Perdón por no decirte cada día que no concibo la vida sin ti. Te quiero, y si me perdonas, me gustaría que fueras mi esposa" ¡¡¡¡Ooooohhhhh!!!!!! ¡¡¡¡Al finnnn!!!!
Si la declaración de amor nos dejó con la boca abierta, lo que vino después mucho más. Gonzalo está en su habitación, destrozado. Margarita le ha dicho que se entregará a Dios y que su decisión es firme. Sátur intenta ayudarlo. Gonzalo le pide que se vaya. Alguien entra en la habitación. Gonzalo piensa que es Sátur de nuevo, pero no... Es Lucrecia. ¿Qué hace ahí? La Marquesa estaba esperando este momento desde niña. Con Margarita en el convento se ha abierto una puerta hasta ahora infranqueable. Lucrecia se acerca a Gonzalo y... lo besa. Gonzalo se deja… Es lo último que nos hubiéramos imaginado. Gonzalo y Lucrecia acaban en la cama...
¿Nos recuperaremos de estos acontecimientos tan impactantes? ¿Se arrepentirá Margarita de su decisión? ¿Conseguirá Lucrecia cultivar cacao? Os dejamos con el avance del próximo capítulo.