Blanca Silva, ¿la perfecta prometida?
- Blanca Silva ha sido elegida por vosotros como la más sufridora
- No solo tiene que ocultar el fallecimiento de su padre, sino que tiene que lidiar con su boda
- Debe mantener las apariencias y su suegra, doña Dolores, no se lo pone nada fácil
Tras la muerte de don Fernando Silva, sus seis hijas se han visto en la necesidad de ocultarlo para poder seguir gestionando la fábrica de textiles familiar y así continuar con su estilo de vida. Cada una de ellas debe mantener el secreto sin importar las circunstancias que se presenten, ya que si las descubren, las consecuencias podrían ser muy graves y acabar en la cárcel.
Es por ello que esta semana os hemos preguntado en una encuesta cuál de las mujeres Silva creéis que lo está pasando peor para perpetrar el engaño al mismo tiempo que intenta hacer su vida normalmente y continuar con sus planes vitales previstos.
Los resultados han sido claros, con Blanca Silva elegida como la "más sufridora" con el 61,6% de vuestros votos, seguida de lejos por su hermana Celia, con un porcentaje total de 17,4. Asimismo, la hermana que de momento parece que está pasando mejor las primeras semanas sin su padre es Adela, con tan solo el 2,7% de los votos.
Cristóbal Loygorri, hermano de Rodolfo y futuro cuñado de Blanca, es la única persona, además de las hermanas y sus criadas, que sabe que don Fernando murió, ya que él, como médico, confirmó el fallecimiento del patriarca. Inmediatamente, Blanca le pidió que lo ocultase hasta que encontrasen otra solución, y él aceptó, aunque a regañadientes.
No solo no termina ahí el gran favor que las Silva le pidieron al doctor, sino que volvieron a acudir a él para que les firmase un certificado de defunción que les solicitaba el cura de la parroquia, una acción que pone en riesgo su carrera. Aun así, Cristóbal volvió a ayudar a las hermanas.
Una vez asentada la gran mentira, los problemas no hicieron más que comenzar. Las hermanas empezaron a gestionar la fábrica con la ayuda de Salvador Montaner y se dieron cuenta de que su padre no tenía las cuentas al día, lo que las introduce en graves problemas económicos.
Esto se convierte una gran dificultad para todas, pero especialmente para Blanca, quien se encuentra planeando su boda y además cuenta con una adinerada suegra, Dolores Loygorri, que apenas le deja tomar decisiones sobre el acontecimiento.
Exceptuando a Cristóbal, los Loygorri desconocen la nueva situación financiera de la familia Silva, por lo que siguen tratando con ella con normalidad, y es Blanca la que tiene que empezar a poner excusas para que no se descubra el engaño sobre su padre. Así, comienza una larga lista de favores que el doctor realiza para ayudar a su futura cuñada, incluso sin que ella tenga que pedírselo.
Para que nadie se entere de que el padre de las Silva está muerto, no pueden permitirse generar ningún tipo de rumor. Esta tarea adquiere mucha dificultad cuando se enteran de que la fábrica no tiene las cuentas al día y necesitan dinero para poder pagar a los trabajadores, por lo que deciden tasar algunos de sus bienes. Cristóbal se da cuenta de que algo está pasando y finalmente, Blanca se lo cuenta en secreto.
Mientras Cristóbal no hace más que solucionarle la vida a las hermanas, especialmente a Blanca, su madre se dedica a complicársela cada día. Debido a la situación económica, la prometida prefiere una boda algo menos costosa, pero Dolores no puede admitir algo así y se dedica a organizar la celebración, sin dejar siquiera intervenir a la novia. Tanto es así, que Cristóbal se da cuenta y apoya a Blanca, pero Rodolfo prefiere no entrometerse en la relación entre su madre y su futura esposa.
Para colmo de males, en los últimos capítulos nos hemos enterado de que Rodolfo tiene una amante. ¿Sabéis gracias a quién nos hemos enterado? Precisamente, gracias al bueno de Cristóbal.
Aunque Blanca cuenta con numerosos frentes abiertos, sus hermanas también pasan los días planeando cómo salir de situaciones incómodas. Veremos qué va sucediendo a partir de ahora, ya que, según los últimos acontecimientos, quizás no se celebre la boda de Blanca y Rodolfo, los no tan perfectos prometidos.