Celia y Petra: un amor entre barreras
- "En 1913 el amor entre mujeres era invisible"
- Celia se siente confundida e intenta reprimir lo que siente
La amistad entre Celia y Petra ha sido una de las que más comentarios ha suscitado en las redes sociales. Y es que Celia Silva, esa chica sencilla y discreta oculta un secreto contra el que ha intentado luchar: está enamorada de su mejor amiga, Petra. De hecho a Petra, interpretada por Carlota Olcina, ya pudimos verla protagonizando una historia de amor con otra mujer en 'Amar en tiempos revueltos'.
Celia y Petra se conocieron en la fábrica de las Silva y su relación fue haciéndose cada vez más íntima mientras avanzaban los capítulos. Mientras Petra organizaba su boda con su prometido, Celia nada convencida decide intentar conocer a Joaquín, al que acaba dejando con una fuerte discusión y una frase que nos marcó a todos: “Joaquín, el amor es una cosa que se siente o no se siente”.
En contra de las normas
Celia es una mujer que sueña con viajar, muy interesada en estudiar y leer, algo que en aquella época implicaba salirse del rol de la mujer típica destinada únicamente a casarse y a cuidar de los hijos. Ella no concibe un mundo en el que las mujeres dependan de los hombres y se siente fuera de lugar por no ser lo que la sociedad espera de ella, tanto psiquíca como sentimentalmente. Esto unido a la futura boda de Petra con su prometido y a su relación fallida con Joaquín le hacen plantearse que quizá su sitio esté en un convento, donde podría dedicarse íntegramente a estudiar y dar clases a niños.
Sentirse tan perdida no es sino una consecuencia de no saber identificar los sentimientos que tiene hacia su amiga, porque realmente se enfrenta a algo completamente desconocido, algo que no existe ni para ella ni para la sociedad. Porque aunque la homosexualidad haya existido siempre, el problema de entonces era la falta de referentes. “Tener referentes es imprescindible para saber que no eres la única persona a la que le ocurre eso, y también para construir tu identidad como persona”, asegura Silvia Tostado Calvo, miembro del Área Mujer de la Fundación Triángulo.
Silvia cuenta que una de las pocas referencias que había entonces era la historia de Marcela y Elisa, dos mujeres que llegaron a casarse porque una de ellas se hizo pasar por hombre y que tuvieron que huir del país al ser descubiertas. Esta y otras historias entre mujeres llegan a oídos de Celia a través de Carmen de Burgos, una escritora y periodista a la que conoce por casualidad y que le ayuda a abrir la mente y las perspectivas, y sobre todo, a asegurarse de que su lugar no está tras los hábitos de monja.
Celia se lo cuenta a su hermana
Celia se da cuenta de lo que siente, de por qué no le interesan los hombres y sí su amiga Petra. Pero es muy reflexiva y también sabe lo que esto implica y las consecuencias que tendría que afrontar. De momento la única de las hermanas que conoce el secreto es Francisca, una de las más liberales, y aunque se lo tomó bien, estas reacciones no eran las más comunes entre las familias.
Tal y como afirma Jesús Generelo, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), “no podemos olvidar que estamos en 1913, una época represiva en la que el lesbianismo no solo era perseguido, sino también invisible”.
Generelo dice que “sentir amor por otra mujer en aquella época debía ser terrorífico, porque significaba ir contra la norma social y la religión. Además conllevaba un castigo social muy fuerte que iba desde el aislamiento total por parte del entorno cercano hasta ingresar en un convento o psiquiátrico”.
Celia intenta convencerse de que lo que siente no está bien, y cree que distanciarse de Petra por un tiempo es la vía más correcta que puede tomar, pero lejos de desaparecer, los sentimientos se vuelven cada vez más reales.
Un amor en el aire
En uno de los últimos capítulos hemos visto un nuevo acercamiento entre las amigas, pero de momento Petra está muy concentrada en organizar su vida con Miguel y es una chica que no ha tenido acceso a la educación ni a la literatura, por lo que tendremos que esperar para saber si lo que empezó como una amistad terminará en un amor apasionado.
Por su parte, tanto el presidente de la FELGTB como Silvia Tostado coinciden en que valoran muy positivamente la representación de este tipo de personajes es los medios audiovisuales, pues es una herramienta de normalización que puede ayudar a muchas jóvenes a vivir su homosexualidad con menos problemas de los que tendría Celia.
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