Catalina de Aragón murió perdonando a Enrique VIII
- A su hija María no le permitieron verla
- Pidió "no morir sola como un animal"
- Lee la carta que le envío a Enrique VIII antes de morir
No pertenecía a la corte de Carlos V, pero Catalina de Aragón se ha convertido en uno de los personajes favoritos de la audiencia. Los seguidores del emperador se han quedado prendados del carácter de esta mujer que siempre defendió su dignidad.
Mónica Calderón, asesora histórica de la serie, nos acerca a sus últimas horas: "La historia de la muerte de Catalina, relatada por el embajador imperial en Inglaterra Chapuys, es sobrecogedora. No dejaron a María estar al lado de su madre. Burlando todas las prohibiciones, la acompañó en ese momento una de las damas que habían viajado con ella desde España cuando se casó: María de Salinas. También Chapuys consiguió permiso para visitarla, diciendo Catalina al verle que se alegraba de su presencia para “no tener que morir sola como un animal”, aunque partió antes de que la reina muriera."
Aún así Catalina se marchó perdonando al rey de Inglaterra. Lo sabemos gracias a esta carta que nos facilita Calderón:
“Mi muy querido señor, rey y esposo:
Aproximándose la hora de mi muerte, el amor que os profeso me obliga a recordaros que la salud de vuestra alma debe ser por vos preferida a todas las otras consideraciones del mundo y de la carne, por las que a mí me habéis hecho sufrir grandes calamidades, padeciendo vos también preocupaciones muy hondas por ellas. Por mi parte os perdono y ruego a Dios que igualmente os perdone. En cuanto a lo demás, os recomiendo a nuestra hija María, suplicándoos seáis un buen padre para ella, tal y como yo siempre deseé que lo fuerais [mandas por su servicio, sólo tres doncellas]. Finalmente quiero jurar que mis ojos os desean por encima de todas las cosas. Adiós.
Catalina, Reina de Inglaterra.”