Gitanos, aquí y ahora
- En España, la comunidad gitana está formada por cerca de ochocientas mil personas.
- Es la minoría étnica más antigua e importante, pero también la más rechazada.
- Superar el racismo y terminar con el fracaso escolar son dos retos pendientes.
- Al menos tres de cada diez jóvenes gitanos no acaban la secundaria
FICHA TÉCNICA
Guión: Reyes Ramos
Realización: Ángel Navarro
Imagen: Mikel Marín
Sonido: Juan Luis de Lope/Jesús París
Montaje: Quino Alonso
Producción: Ana Pastor/Lourdes Calvo
Los primeros gitanos llegaron a España a principios del siglo XV. Llevan aquí, nada más y nada menos, que seiscientos años. La Constitución de 1978 reconoció su ciudadanía de pleno derecho y, sin embargo, siguen siendo los grandes desconocidos.
Educación, la piedra angular
Después de casi cuarenta años de democracia, el cien por cien de los niños gitanos están escolarizados y las familias se preocupan cada vez más por la formación de sus hijos. La ruptura con el sistema educativo se produce cuando llega la adolescencia. Al menos, siete de de cada diez jóvenes gitanos, no terminan la secundaria.
¿Por qué los jóvenes gitanos abandonan antes de sacar el graduado escolar? Para José Heredia Moreno, sociólogo, el racismo que se vive en la calle se cuela en las aulas, donde se perpetúan los prejuicios y los estereotipos.
Otros expertos hablan del miedo de las familias gitanas a que los hijos pierdan su identidad en “la escuela de los payos”. Y también es cierto que muchos jóvenes acaban tirando la toalla ante la falta de expectativas. Estudiar, no es lo que se espera de ellos.
Para Antonio Carmona, profesor de literatura, la educación es el único camino para forjar la identidad gitana del siglo XXI.
Es el mismo mensaje que Sandra Jiménez, mediadora intercultural de la Asociación Barró, dirige a los estudiantes gitanos en los institutos donde trabaja. “Vosotros- les dice- vais a ser en la vida lo queráis, no lo que otros os digan que tenéis que ser. Y eso parte de vuestra educación”.
Mujer, joven y gitana
Patricia Caro, activista por los derechos humanos de las mujeres gitanas, ha visitado más diez institutos de Madrid en los últimos meses y no ha encontrado ninguna chica gitana en tercero y cuarto de la ESO en aulas normales. No duda en calificarlo como una situación de violencia de género.
“Necesitamos igualdad de oportunidades. Queremos ser libres y decidir”. Detrás de los sueños rotos de muchas mujeres gitanas están el patriarcado y sus consecuencias: los matrimonios tempranos y los embarazos tempranos. Y también la imagen sumisa y distorsionada que ofrecen algunos medios de comunicación.
¡Basta ya de indignidad!
Lo dice Pablo Vega, realizador audiovisual, otro referente para su comunidad. Como todos los gitanos con los que hemos hablado, reclama un tratamiento digno en los programas de televisión. Una mirada que no los reduzca al folklore y la marginalidad.
Eso es lo que le han enseñado sus padres. Que ser gitano es alegría, familia, amistad, libertad. Pablo Vega ha decidido qué quiere ser en la vida y está luchando para conseguirlo.
Shakespeare vive en “Las Tres Mil”
En guetos como las “Tres Mil Viviendas” de Sevilla salir adelante es difícil, pero no imposible. Allí hemos conocido el trabajo del Colegio Público Andalucía, en el que la mayor parte de los alumnos son niños gitanos. Su programa docente está ganando la partida al absentismo y el fracaso escolar.
Y sí, Shakespeare llegó un día a “Las Tres Mil” y se quedó a vivir. Llegó de la mano de Matilde López, maestra de lengua, profesional de la educación emocional. Utilizó a Shakespeare para enseñar a sus alumnos a leer y vocalizar, para ayudarles a gestionar el dolor, la rabia o la alegría, para sujetarles poco a poco a las aulas. De este proyecto educativo nació la “Compañía de Teatro Profesional Los Shespirs”, grandísimos actores que hacen un teatro de denuncia valiente y comprometido.
Y sin salir del barrio, encontramos la Escuela de Arte Polígono Sur, un espacio que respira ilusión y mucho amor. Acuden niños que sufren la pobreza y la violencia inherentes a su entorno. Los profesores descubren “el artista” que llevan dentro enseñándoles baile, guitarra o cante. Pero sobre todo, autoestima y valores.
“Gitanos, arte y cultura romaní“ en RNE
Para combatir los prejuicios y los estereotipos nada mejor que tener voz propia en los medios de comunicación. El compromiso de la Radio Pública con la comunidad gitana se traduce en este programa que se emite por Radio 5 y Radio Exterior de España.
Lo dirigen Joaquín López Bustamante y Manuel Moraga, dos profesionales, uno gitano y otro payo, que trabajan para divulgar la riqueza y diversidad de la cultura romaní. Su mirada, despojada de tópicos y prejuicios, nos ayuda a entender cuánto le debe la cultura española a la aportación de los gitanos.