Algo extraño en mi plato
- Dos documentales: “Chocolate, el nuevo oro negro” y “Comida irradiada”
- La medianoche del sábado 30 al domingo 31 de diciembre
- El programa puede seguirse y comentarse en directo en RTVE.es
Como regalo, para levantar el ánimo, el chocolate es uno de los mejores amigos del hombre. Es un placer difícil de resistir. Pero el aumento de la demanda mundial podría ser la causa de la escasez que amenaza el planeta. Mucha de la comida que comemos, dulce o salada, está irradiada, una práctica de la que el consumidor en general sabe poco.
En la próxima edición de La noche temática se incluyen los siguientes títulos: “Chocolate, el nuevo oro negro” y “Comida irradiada”.
Chocolate, el nuevo oro negro
Iniciamos la emisión con una producción francesa de 2014, dirigida por Jérôme Levy, de 52 minutos de duración y producida por Upside Télévision.
El chocolate está inundando los supermercados de países asiáticos como China, Japón o Corea. Millones de nuevos consumidores que están a punto de convertir el cacao en un bien escaso. Y como consecuencia de la escasez, su precio se ha disparado y algunos chocolates ya no contienen cacao.
La hipótesis de la escasez no es ficción: todos los países emergentes del mundo quieren su porción de chocolate. En diez años, el consumo se ha incrementado en un 99% en Brasil, en un 245% en India y en un 123% en China con mil millones de consumidores. La demanda de chocolate aumenta. ¿Pero la producción de cacao puede seguir este ritmo? ¿Es cada vez más difícil encontrar grano de cacao en el mundo?
Costa de Marfil es el mayor productor del planeta de este producto. La cuarta parte del cacao que se consume en todo el mundo proviene de sus plantaciones. Para hacer frente a la demanda, unos científicos marfileños han desarrollado un nuevo tipo de cacao con un rendimiento extraordinario: lo llaman el "cacao Mercedes". Supuestamente, estas plantas crecen mucho más deprisa que las tradicionales.
El mercado del cacao es un casino global con ganadores y perdedores. El perdedor es el consumidor porque lo compra muy caro. ¿Quiénes son los ganadores? La subida del precio no solo se debe a la escasez y a los intermediarios que tratan el grano: el precio de las tabletas de chocolate también aumenta porque algunos han convertido el cacao en materia de especulación. Para ganar dinero, el principio es simple para los mayoristas: comprar lo más barato posible y vender cuando la cotización sube.
Y los mayoristas no son los que más ganan. Hay quien ha convertido el mercado del cacao en un casino planetario. Por las pantallas de los especuladores desfilan permanentemente las cotizaciones del cacao de las bolsas de Londres y Nueva York. Solo con un clic se puede comprar o vender. ¿Menos cacao en los dulces de Navidad? Quizás ahí tengamos la solución para evitar la escasez. En cuanto al chocolate auténtico, seguirá existiendo en el futuro, pero cada vez será más caro.
Comida irradiada
Continuamos la emisión con una producción francesa de 2015 dirigida por Aude Rouaux, de 52 minutos de duración y producida por Capa Presse.
SUBTITULADO POR TVE
Restaurante le Grillon, buenos días.
Anotado.
Hay 210 kilos.
Estas son mis ranas.
Son de la mejor calidad.
Sin aditivos ni conservantes, garantizado.
¿Son salvajes?
Aquí dice 100% salvajes, lo llamamos “ranas de captura”.
¡Buenos días! ¿Qué tal?
Señores, ¿ya han decidido?
- Dos de ancas de rana.
-Bien, anotado.
Es una vieja receta de la madre de Alain, el patrón.
-¿Todo bien, Gilles? -Sí.
Están muy ricas, muy tiernas y jugosas.
Están impecables.
Excelentes.
Es lo único que tomamos, ¿eh?
¿No quiere probarlas?
Son sometidas a tratamientos ionizantes,
que hacen que no haya salmonella ni ninguna bacteria.
No hay ninguna porquería.
-¿Explíquenos qué es la ionización?
¿Podría explicárnoslo en dos palabras?
-No sé mucho, no me he interesado.
¿Qué es un producto ionizado?
No tengo ni idea.
¿Son aquellos que han estado en contacto con el mar?
¿Con el agua?
Ah, sí, claro. Ahora que me lo dice, me acuerdo.
¿Y cómo podemos saberlo?
No, no sé nada.
Desconfío mucho.
No sé qué es eso.
Nada.
Ni idea.
No lo sé.
Mis frambuesas seguro que no lo son.
No que yo sepa, puede que sin saberlo.
El pescado que viene de mi tienda favorita seguro que no.
Espero que no.
Supongo que no es peligroso, si está permitido. ¿Es perjudicial?
¿Hay que hacerlo o no?
De todas formas, no me apetece.
Ah sí, sí.
Lo he consultado con nuestro director general.
Negativo.
No lo podemos autorizar.
Ah, tendría que hablar con el director, pero hoy no está.
No hacemos declaraciones sobre la ionización de los alimentos.
Hay muchos otros temas, pero la ionización de alimentos no.
No, no está prohibido.
Pero solo representa el 1% de la facturación.
Voy a hacer el pequeño control matutino.
Esto es un contador Geiger.
Queremos asegurarnos de que no nos exponemos a un riesgo.
Lo hacemos por la mañana
para asegurarnos de que todo es seguro para nuestros empleados
y clientes.
Lo que vamos a hacer ahora es eliminar las bacterias
Vibrio vulnificus y Vibrio parahaemolyticus.
Si no las tratáramos, la gente podría enfermar,
e incluso morir por esas bacterias.
Irradiándolas, se elimina completamente
respetando, por supuesto, los niveles prescritos
por la agencia estadounidense de productos alimentarios.
Puedes comer ostras todo el año.
No hay ningún peligro de enfermar.
Hemos conseguido alargar la vida de un producto matando las bacterias.
Podemos eliminar por completo todas las bacterias
y conseguir de dos a tres semanas más de vida
para los productos frescos;
para la carne fresca, por ejemplo.
Y podemos llegar hasta las 10 semanas para la carne congelada.
Ya no rastro de la irradiación.
Ahora, las ostras volverán a los canales de distribución.
Están totalmente esterilizadas y pueden consumirse crudas.
Es la técnica del futuro en cuanto a seguridad alimentaria.
Por supuesto.
Además, le diré que mis ajos irradiados tienen más sabor.
Y mis patatas se conservan casi un año sin germinar.
Dos bolsas, dos recipientes.
¡Aquí está nuestra carne!
Son filetes irradiados
que las marcas Schwans y Omaha
ofrecen a sus clientes desde hace 40 años.
Aquí está nuestro almuerzo.
A ver qué aspecto tiene.
¡Fantástico!
Son muy buenos.
-Estos también tienen buena pinta.
-¡Maravilloso!
Nosotros solo comemos filetes irradiados.
Confiamos mucho en ese tratamiento y sabemos que es eficaz.
Tomamos esa precaución para asegurarnos
de que nuestra alimentación sea sana.
-No me apetece comer un filete que no haya sido irradiado.
Es una pena que no todos los restaurantes los sirvan.
Mi madre murió a los 101 años, y la invitábamos a comer a menudo.
Ella comía carne irradiada con frecuencia.
Así fue como conservé a mi suegra.
-¿Ya está?
- Dale tiempo.
-Vale.
Ella es la experta.
Margaret,ya está lista.
La irradiación no altera el sabor.
Está deliciosa.
Jamás.
-Nunca.
¡Y esperamos poder seguir comiendo carne irradiada mucho tiempo!
Vamos aquella tienda.
¿Ha oído usted hablar de los alimentos irradiados?
No.
¿Ha oído hablar de los alimentos irradiados?
¿Ha oído hablar de los alimentos irradiados?
No, nunca.
Bien. Gracias.
Nadie sabe lo que es.
Nosotros creemos que debería hacerse un estudio.
El gobierno, sin duda, tiene medios para hacerlo.
Pero no parece interesarles.
No hay nadie que se responsabilice de esa cuestión.
Sí, por parte de empresas que se dedican a la irradiación.
Y la industria cárnica les ayuda a presionar.
Es una tecnología muy interesante para esas industrias
y quieren ocultarlo porque soluciona muchos de sus problemas.
El problema de las bacterias,
de la conservación de alimentos durante más tiempo
o de exportarlos más lejos.
Todo eso les interesa mucho para su negocio.
Y saben que la gente, si estuviera informada,
no compraría sus productos.
Por eso no quieren que se sepa.
Es un problema del mercado alimentario estadounidense.
No gastamos dinero en la seguridad.
-Sí..., así es.
Yo, he testado esos alimentos, los he sometido alta presión,
a miles de bares,
y no he encontrado alquilciclobutanona.
Los he radiado con rayos ultravioleta ultraenergéticos,
y nada.
Los he calentado en placas calefactoras,
Los he metido en hornos microondas muy potentes y nada.
Y yo no soy el único que lo ha hecho.
En todo el mundo mucha gente ha intentado replicar esas técnicas
y nadie ha encontrado alquilciclobutanona.
Al cabo de meses, de alimentación, cuando las sacrificamos,
como solemos decir
-y estudiamos sus aparatos digestivos-
nos dimos cuenta de que los animales que habían sido alimentados
con ciertos ciclobutanosalquílicos
tenían más tumores
que aquellos que habían sido alimentados con el placebo.
Por lo tanto, como presentamos en un informe publicado
en una revista científica internacional,
esas moléculas no tenían un efecto cancerígeno, sino pro-cancerígeno.
Así que eso se sumaba a la enfermedad que pudieran tener.
Un año después volvimos a pedir la financiación
Presentamos el mismo caso y solo nos la negaron a nosotros.
No obtuvimos la financiación que solicitamos.
Así que, lo pedimos directamente a Bruselas,
lo solicitamos a los fondos europeos en Bruselas,
pero no superamos la primera fase de selección
el pretexto de que nuestro estudio no era lo bastante innovador.
No, que yo sepa, no obtuvimos respuesta.
Porque en Europa ya no hay forma de conseguir ni un céntimo
para hacer estudios sobre la ionización.
La prueba es que no se puede irradiar todo.
Hubo un tiempo en que se irradiaban las patatas,
y nos dimos cuenta de que se volvían dulces.
Porque la energía de los rayos gamma rompen las moléculas de almidón
produciendo moléculas de sacarosa, que le dan ese sabor dulce.
En el caso de las carnes muy grasas,
si irradias una carne muy grasa se pone rancia.
Eso demuestra
que las radiaciones tienen consecuencias sobre las moléculas.
"En Europa no hay dinero para investigar sobre la ionización"
Lo que más me molesta es cuando dice que no pudo proseguir
con sus investigaciones.
Sin duda era un estudio que planteaba preguntas
y no pudo conseguir fondos europeos.
Hay fondos europeos,
miles de millones de euros destinados a la investigación.
Existe la voluntad de ignorar a ese investigador,
y eso es una señal.
Ahora es necesario hacer estudios con ratas,
no solo tres o cinco, si no muchas más.
Y me inquieta, porque tengo la sensación
de que existe la voluntad política de no saber
y de no facilitar los medios para saber.
¬Sí, hola...
-Hola, buenos días.
Le habla la señora Rivasi, eurodiputada.
¬Sí, buenas tardes.
¿Por qué nunca hablamos de la irradiación de los alimentos?
¿Por qué tengo siempre la sensación de que es algo confidencial?
¬Yo creo que...
el público, de hecho, lo asocia a Chernóbil.
Y creo que hay miedo.
-Al menos estará de acuerdo en que faltan estudios de salud.
-Sí, necesitamos mucha más información.
-De acuerdo.
-Sería bueno tener nuevos estudios complementarios.
Son dosis muy débiles,
y, por lo tanto, no tiene ningún efecto sobre los alimentos
y no deja residuos.
Un producto expuesto al flujo ionizante no se vuelve radiactivo
y no contiene residuos.
-No.
No, en absoluto.
Yo le digo que cuando se ha usado la ionización,
debe aparecer reflejado en el producto,
los franceses son libres de elegir entre los alimentos que quieran
conforme a sus necesidades.
Si alguien hubiera utilizado la ionización
y no lo mencionara en su etiqueta,
estaría engañando a la competencia
a una competencia que respeta el reglamento y lo pone.
Exacto.
Veamos...
De las Bahamas.
Hay un aditivo.
No hay...
Busco alguna mención a un tratamiento por ionización,
o un tratamiento ionizante, o bien fórmulas parecidas,
como “esterilización mediante haz de electrones”, ese tipo de fórmulas.
“Tratado por ionización en Europa”.
Lo han tratado y lo dicen, así que respetan la normativa.
Los nugget de pollo...
Ni una sola mención al tratamiento ionizante.
No.
No me recuerda a nada.
Sí, puede ser.
Con tanto verde, seguro.
No es muy claro como símbolo.
Para nada.
No necesitamos kilos de arena,
con unos pocos granos tenemos suficiente.
La arena es sometida a un análisis que llamamos
“análisis por termoluminiscencia”.
Se aíslan los granos de arena.
Después, se someten en esta máquina a altas temperaturas.
¿Vamos?
Listo. En este caso vemos un pico...
Eso es una señal específica de la irradiación.
Hemos confirmado que el producto está irradiado.
No, este es un método cualitativo...
es decir, el producto está, o no, irradiado.
Pero no nos permite decir
la dosis con la que el producto fue irradiado.
Jack está totalmente fascinado por su cepillado diario.
Pasemos a las cosas serias: ¡que comience el espectáculo!
Missy empezó a tener debilidad en las patas traseras.
A partir de ese momento,
cada vez se movía menos, porque no podía caminar.
Esta parte, encima de las patas,
se doblaba, se doblaba.
No podía hacer nada.
Estaba en un estado terrible.
Es mi alma gemela.
Mira a la cámara.
¡Eres una estrella!
Esto es bueno para sus dientes y sus intestinos.
Es un tratamiento fuerte.
Tuvimos dos gatos paralizados en casa durante doce meses.
No les encontraban nada en las patas traseras.
Nos dijeron que no se podía hacer nada, que no sabían qué les pasaba.
-¿Les dijeron que era el fin? -Exacto.
Hay muchas cosas que puedan causar parálisis a un gato...
pero ver tantos y tantos gatos con los mismos síntomas, era raro.
La verdad es que es algo muy poco habitual.
Buscamos un denominador común entre ellos.
En el caso de esos de gatos enfermos,
era el mismo producto de alimentación.
Hay que destacar
que lo que descubrimos con nuestras investigaciones pienso
fue que ese pienso había sido irradiado.
Steritech ioniza una gran variedad de mercancías:
productos médicos, farmacéuticos, cosméticos, de embalaje
y alimentos en cuarentena.
Aquí irradiamos 3.000 toneladas al año;
esencialmente frutas tropicales, tomates y pimientos.
Nunca se demostró que la causa fuera la irradiación.
Pudieron ser muchas otras cosas.
La irradiación solo era una más...
Pero, cuando hablamos de la irradiación,
la gente se ciega,
solo ve el lado malo.
Volvamos al tema.
Las autoridades decidieron no irradiar más la comida para gatos.
Lo cual es curioso,
porque seguimos irradiando comida para otros animales.
Solo fue un hecho desafortunado.
No para los gatos, pero...
No me gusta esta respuesta...
¿Podemos empezar de nuevo?
Nosotros no controlamos los productos que nos llegan.
Solo seguimos las instrucciones de las autoridades responsables
de la cuarentena.
Hacemos lo que nos dicen.
Protestamos ante el gobierno australiano
para que pusiera fin a la irradiación de alimentos.
Como escribimos aquí,
lo que le pasó a esos gatos debería ser una señal de alarma
para todos los australianos.
La próxima vez podrían ser nuestros hijos.
Buenos días.
Servicio de prensa de la DGCCRF.
Le llamo para comunicarle que no es posible hacer una entrevista.
Porque no tenemos nada que decir en particular
sobre el tema de la ionización.
Hasta pronto, adiós.
Buenos días.
-Hola.
¿Adónde?
-Al parlamento europeo, vamos a ver a la Sra. Rivasi.
Buenos días.
-Encantada. Gracias por venir.
-Es un placer para mí.
-Venga a mi despacho.
- alquilciclobutanona;
eso es.
-Pero si eso promueve el cáncer, hay que decírselo a la gente.
Voy a pedir estudios complementarios.
El problema es que, cuando lo pidió, no se lo dimos.
Ese es el problema.
-Para probarlo no es suficiente con un estudio.
Para demostrarlo es necesario contrastarlo...
Y aclararlo, sea eso o sea otra cosa.
-Bien, lo que yo le propongo es...
voy a solicitar una reunión a la comisión.
Y voy a pedirles, si usted está de acuerdo...
-Sí de acuerdo.
-Le presentaré a los miembros de la comisión,
para ver cómo podemos poner en marcha un estudio complementario
desde el punto de vista sanitario. -Bien.
-Y a mí, eso me permitirá tranquilizar,
o bien alertar, a los consumidores
sobre el consumo de alimentos irradiados.
Sabe, cuando estamos aquí trabajamos de 8 de la mañana a 8 de la tarde.
Subtitulación ralizada por: María Sánchez Grano de Oro.
Es uno de los secretos mejor guardados de la industria alimentaria. Nuggets, salchichas de pollo, legumbres, fruta tropical: algunos de nuestros alimentos son irradiados. Oficialmente es por nuestro bien: la radiactividad es eficaz para matar bacterias. Pero esta tecnología puede tener efectos secundarios en la salud.
La irradiación de los alimentos es un método desarrollado originalmente por los militares estadounidenses durante la Guerra de Corea, en la década de 1950. Había la necesidad de conservar los alimentos para evitar que fuesen infectados por parásitos. Poco después, fue la comida de los astronautas la que se irradiaría, antes de que se convirtiera en práctica habitual para todos nuestros platos. Hoy en día, la comida envasada se irradia en todo el mundo.
¿Quién ha oído hablar de la irradiación de alimentos? Generalmente está escrito en letra pequeña en las etiquetas, y los fabricantes prefieren hablar de "alimentos ionizados". Por un lado, las paletas de alimentos; por el otro, una fuente radiactiva de gran alcance que mata todos los gérmenes. Filetes, mangos, las ostras... no todo vale. No se puede irradiar todo. Hubo un tiempo en que se irradiaban las patatas, pero se volvían dulces. Porque la energía de los rayos gamma rompe las moléculas de almidón produciendo moléculas de sacarosa. En el caso de las carnes muy grasas, si se irradia se pone rancia. Eso demuestra que las radiaciones tienen consecuencias sobre las moléculas.
La ventaja de la irradiación es que, al eliminar las bacterias, el riesgo de intoxicación alimentaria se reduce. Y también tendría otra ventaja: prolongar la vida de un producto. Pero hay otra cara de la moneda: en los alimentos que limpian las ondas radioactivas también se crea una molécula que no existe en la naturaleza: la alquilciclobutana. Un estudio realizado sobre esta molécula demostró que los alimentos irradiados son un acelerador del cáncer.