La noche que los Alcántara hicieron historia en 'Un, dos, tres'
- El equipo de Cuéntame nos explica cómo se gestó el homenaje al mítico concurso
La noche en que Antonio Alcántara y Mercedes Fernández ganaron el Un, dos, tres retrocedimos en el tiempo. Volvimos a 1984 para responder a las preguntas de Mayra, emocionarnos con la 'voz' de Chicho y sobresaltarnos con las Tacañonas.
“Lo que aprendimos” es uno de esos capítulos que pasarán a la historia de Cuéntame cómo pasó. Un homenaje a aquella televisión que unió a varias generaciones y que muchos españoles guardan todavía en la memoria.
En este tributo ha tenido mucho que ver Joaquín Oristrell, guionista de la serie. Porque en 1984, año en el que trascurre el capítulo, empezó a trabajar en el Un, dos, tres. “Raúl Sender me dijo que Chicho estaba buscando guionistas. Me presenté y empecé a colaborar con él”, cuenta Oristrel a RTVE.es.
Aunque no es la primera vez que el Un, dos, tres aparece en la serie, Oristrell quería mostrarlo por dentro y, sobre todo, rendir un homenaje a la figura de su creador: Chicho Ibáñez Serrador.
“Fue un lujo, porque colaborar con Chicho es un máster. No hace falta que te vayas a San Francisco, Los Ángeles o Nueva York”, asegura.
Para Agustín Crespi, director de Cuéntame cómo pasó, Chicho es “Un maestro que sabe hacer reír y llorar al público como nadie. Su manera de hacer fue una gran inspiración a la hora de dirigir el capítulo”.
“Recrear la figura de Chicho resultó muy divertido”, añade Crespi. “Por un lado, interviene una persona, Antonio Martínez, con gran parecido físico con él, con sus mismos gestos y su inseparable puro. Por otro, un imitador de su voz para los momentos en los que se dirige a los concursantes y al equipo del programa”.
Un final emocionante
Para los actores, ponerse en la piel de los concursantes del Un, dos, tres, ha sido toda una experiencia. "En realidad, tienes que elegir casi a quién imitar. Es difícil crear algo diferente a lo que pasaba, porque lo que pasaba era algo muy concreto. Era un programa de televisión muy bien hecho", explica Imanol Arias a RTVE.es.
"Es un capítulo muy entrañable, porque nos trae muchos recuerdos a todos. Se pone en una tesitura a los Alcántara en la que se puede ver todo el mundo identificado. Todo el mundo cuando veíamos el concurso pensábamos: ¡si yo estuviese ahí…!", recuerda Ana Duato.
Una empatía que se contagia especialmente al final del capítulo, cuando todo el barrio es testigo de la gran noche de los Alcántara. “Ahora, que estamos todos con las tableta, el móvil y el ordenador parece que la televisión se comparte menos”, opina Joaquín Oristrell. “Eso de que todos estábamos viendo el mismo programa a la vez, por porque solo había una televisión, y en ese momento a lo mejor había 23 millones de personas viendo el Un, dos, tres".