El misterio del tiempo
- El frío, el viento, la niebla o la luz del sol afectan nuestro estado de ánimo
- También nuestro cuerpo lo nota y pueden repercutir en nuestro bolsillo
Frente a una lámpara que simula los rayos del sol
Rosa no puede salir de casa si llueve; las nubes y la humedad le producen depresión. Su problema es la falta de luz, así, cada mañana carga las pilas poniéndose media hora frente a una lámpara que simula los rayos del sol. La luminoterapia mitiga su tristeza. Su problema no es único, una de cada tres personas es meteosensible, es decir, le afectan los cambios meteorológicos.
Pinchar nubes
Nos subimos en un avión único en el mundo para pinchar nubes. Es un laboratorio aéreo donde físicos de la Universidad de León y miembros del Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales estudian las nubes. Nos metemos dentro de ellas para saber por qué no descargan ni la nieve ni la lluvia que deberían.
El viento en Pedrola
Jesús pastorea a sus ovejas en los campos de Pedrola. En esta zona del Valle del Ebro, donde soplan cuatro vientos, para aguantar el frío hay que llevar 6 o 7 capas de ropa. El cierzo es el más fuerte. En las casas, las tejas se apuntalan con piedras y los muros superan los 60 centímetros de grosor. Por fuerza, al vendaval han sabido darle la vuelta: los molinos de viento transforman la ventolera que sopla en las zonas más altas del pueblo en 60.000 euros anuales y mitiga dolores de cabeza.
El frío da hambre
Torre de Capdella presume de ser el municipio más frío de España. Lo es porque en 1956 se registró, en esta zona del Pirineo leridano, la temperatura más baja desde que hay registros: 32 grados centígrados bajo cero. Tomás, ganadero de la zona, desayuna contundente: huevos fritos, col de invierno con tocino y sopas de pan. El frío da hambre. Por eso sus vacas y ovejas tardan más en engordar. Las temperaturas bajo cero, los pastos, el paisaje, y la carne ecológica y roja del Pirineo sustentan a su familia, en un pueblo en el que apenas viven seis vecinos.
'Cazasondas'
Roberto es ‘cazasondas’. Recorre cientos de kilómetros en busca de globos de helio; sondas lanzadas a la atmósfera que registran datos de temperatura, velocidad del viento, humedad, etc. Los globos son como trofeos de caza para miles de aficionados a la meteorología. La familia de Modesto y Jesús lleva toda la vida mirando al cielo. Registran a diario los cambios meteorológicos que se produce en Barcarrota, un pueblo de Badajoz donde la mayoría de los vecinos tiene una estación meteorológica en casa. Sus datos sirven para que los hombres del tiempo elaboren los mapas que vemos cada noche en el telediario.
‘El misterio del tiempo’, en Comando Actualidad.