El Niño de las Pinturas
Emisión 5 de junio de 2016 · La 2
Raúl Ruiz “El Niño de las Pinturas” (1977) es uno de los creadores más originales del arte urbano nacional e internacional. Partiendo del grafiti, su estilo funde el dibujo clásico, la pintura y la poesía, inspirándose en el cómic, la animación y la caligrafía árabe.
Metrópolis ha viajado a Granada, convertida en un auténtico museo vivo de su obra, para adentrarnos en su universo y en su filosofía.
El capítulo va recorriendo la obra de El Niño de las Pinturas abordando distintos asuntos relacionados con su trayectoria.
Empezamos seleccionando algunas declaraciones en las que Raúl nos narra el modo en que el contexto en el que pinta interviene en cada pieza; la forma en que todos los condicionantes ambientales y humanos afectan el resultado final del mural, que va evolucionando según estos factores.
Poco a poco vamos descubriendo el barrio de Raúl: El Realejo, en el que algunos de sus murales más emblemáticos han sobrevivido a las inclemencias del tiempo y a las distintas políticas urbanísticas. En este recorrido, el artista nos comenta lo importante que es compartir el espacio público con los habitantes del barrio y cómo la pintura da vida a las zonas grises y abandonadas de la ciudad.
Los inicios de Raúl se sitúan en su pasión por el dibujo, por la animación y por la caligrafía. Nos introduciremos en sus libretas más intimas y conoceremos su afición desde niño por las tipografías, con una atención especial a la caligrafía árabe, a la que ha dedicado años de investigación. Este estudio de las letras como elementos autónomos de forma y significado fue ampliado con su faceta de escritor de grafiti (Sex69), de hecho Raúl no cesa en reivindicar el valor del grafiti como herramienta constante de estudio y progreso de las tipografías.
Un aspecto especialmente original de este pintor es el modo en que introduce los textos en las piezas. Estas frases, verdaderos poemas, en algunas ocasiones son inventadas por él y en otras, responden a adaptaciones de la sabiduría popular. El modo en el que el dibujo y los textos se entrelazan dota a las obras de una belleza mágica e hipnótica que atrapa al viandante.
El Niño de las Pinturas se ha convertido es una figura internacional del arte urbano y su obra puede verse en las ciudades de todo el mundo. Prueba de ello son los imponentes murales que ha realizado recientemente en Nueva york, uno de ellos dedicado a Federico García Lorca, también granadino. Al mismo tiempo, posee una extensa obra en colaboración con otros artistas procedentes de la música, el cine o las artes escénicas.
Con una capacidad extraordinaria para el retrato, entre sus temáticas destacan la infancia y la inocencia de los niños, la fuerza de la mirada interior por encima de la superficialidad, la crítica al mercantilismo, el respeto a la naturaleza, la denuncia de la violencia y de la competitividad. En definitiva: una apuesta por el Pacifismo, por el respeto a las distintas culturas y valores… y una reivindicación de la justicia social.
En todo caso, Raúl Ruiz huye de cualquier interpretación unívoca de su piezas y nos invita a que las valoremos según nuestra perspectiva personal; de ahí que renuncie a explicarnos el origen de algunos de sus iconos más célebres como son la rueda de la vida o los pájaros, tan presentes en sus escenas.
Más allá del mercado del arte y de las modas, Raúl Ruiz, El Niño de las Pinturas, persigue un arte humanista que establece y comparte lazos con la comunidad en la que habita.