'Los campeones de Hitler' en Documaster: la propaganda nazi en el deporte
- Las Olimpiadas de Berlín en 1936 fueron aprovechados por los nazis para proyectar su imagen exterior
- Querían demostrar al mundo que eran los más rápidos y fuertes en cualquier disciplina
- Podrá verse en La 2 de TVE los días 9 y 10 de agosto, a las 23:40 y 00:00
“El deporte solo tiene un objetivo: forjar el carácter alemán”. Con esta frase Joseph Goebbels dejaba claro el uso que le iba a dar el gobierno nazi al deporte alemán.
Las Olimpiadas de Berlín de 1936 fueron aprovechados por los nazis para proyectar su imagen exterior. Querían demostrar al mundo que eran los más rápidos y fuertes en cualquier disciplina. Lo podremos comprobar en Los campeones de HItler, una serie documental, de dos capítulos, que se emitirá en Documaster, en La 2 de TVE, los días 9 (23:40) y 10 de agosto (00:00)
Desde su llegada al poder, pervirtieron inmediatamente el deporte y las Olimpiadas con el fin de crear la raza aria perfecta: fuertes, rápidos y altos. Los alemanes tenían que ser mejor que los deportistas de los demás países en todas las disciplinas. Aunque se llevarían una desagradable sorpresa con Jesse Owens, que conseguiría cuatro medallas de oro.
Velocidad
El renacimiento de la industria automovilística en Alemania permitió que alcanzaran el pódium en muchas competiciones internacionales. Los nazis aprovecharon el éxito de sus pilotos, que les permitía vender al mismo tiempo su industria como una de las más modernas.
Altura
Durante el gobierno del partido nazi, los pilotos alemanes rompían un récord aéreo tras otro. La mujer más famosa era Elly Beihorn, una piloto de avión que realizó maniobras en África y otros lugares del mundo. El partido nazi también aprovechó para promocionar su industria aeronáutica al mismo tiempo que fomentaba el alpinismo, tratando de alcanzar nuevos records. En 1934 realizaron una expedición al Himalaya.
Fuerza
Alemania contaba con buenos boxeadores también, como Max Schmeling, quien en 1933 venció al campeón Joe Louis.
Sin embargo, muchos deportistas eran sacrificados por el régimen, que estaba obsesionado en batir todos los records. La presión por multiplicar los títulos y récords llevó a muchos de los campeones a arriesgarse demasiado.
A lo largo de la Segunda Guerra Mundial, las estrellas del deporte alemán pasaron de sufrir pequeñas derrotas a desastres mayores. Vencidos, ridiculizados y hasta heridos, los campeones de Hitler fueron los precursores de una catástrofe futura.