Vaya valle bello
- Glaciares, bosques, montañas nevadas, ríos desbordantes, paisajes solitarios, y una fauna y flora abundantes. Visitamos los valles más desconocidos y exuberantes de España.
- Sus vecinos mantienen vivas las costumbres, la gastronomía de la tierra y protegen la naturaleza. El paisaje es el maná que da de comer a decenas de pueblos escondidos en las laderas de las montañas.
- Lugares que todos deberíamos conocer una vez en la vida que combaten el desempleo y la despoblación abriendo la puerta al turismo.
Valle de Ricote. Antonio ha propuesto que en los ambulatorios receten una visita a su valle: el de Ricote, una joya natural escondida en tierras murcianas, en las márgenes del río Segura. Piedad y Matilde cocinan gachas blandas, Mari hace bizcochos borrachos con esencia de bergamoto, Javier mantiene en pie la única fábrica de esparto de la zona, Jesús y sus tres hijos cocinan cochinillo y chuletas de vaca vieja para los turistas. Los vecinos de los ocho pueblos se han unido para enseñar sus paisajes al turista, quieren poner en el mapa uno de los valles más desconocidos de España.
Valle de Lozoya. En el mismo centro de la península y en las laderas de la Sierra de Guadarrama, entre pinos, robles y colonias de buitre negro conviven los vecinos de 30 pueblos y las dos caras del Valle de Lozoya: la de quienes lo habitan a diario y la de quienes lo colonizan los fines de semana. Las cabras de Francisco custodian una de las reservas naturales más cercanas a la capital de España. Son cabras del Guadarrama, autóctonas y recuperadas de la extinción; famosas por su carne y por su lana de cachemir. El hermano Martín es el meteorólogo del Monasterio de El Paular. Una de las joyas del valle del siglo XIV en la que vive una comunidad de monjes benedictinos. Nuria, nieta de ganadero e hija de agricultor, ha cambiado su empleo como agente de seguros para convertirse en guía de la montaña en la que nació. Enseña a pequeños grupos de turistas los lugares más escondidos del valle.
Valle de Liébana. Desde la oficina de Quique se pueden ver un circo glaciar, rebecos y los caminos en forma de zeta que atravesaban los mineros en carreta transportando mineral. Trabaja en una de las montañas más altas de Picos de Europa y sale a descansar al mirador de Fuente Dé, una atalaya privilegiada desde la que se divisa todo el valle. 240.000 personas subieron el año pasado a su cota máxima, 1823 metros sobre el nivel del mar, gracias a Antonio. Es uno de los encargados de trasladar viajeros desde los montes a las cumbres a bordo del teleférico de Fuente Dé; el funicular desde el que, literalmente, se tocan las nubes.
Valle de Tena. A pasado de estar amenazado por la despoblación a ser uno de os más poblados del pirineo aragonés. El turismo se ha convertido en el salvavidas del Valle de Tena. Josefa y Mari son las últimas ganaderas de Hoz de Jaca, la localidad por la que se entra al valle para subir a Peña Blanca, el tesoro en el que la nieve es oro blanco del valle.
‘Vaya valle bello’, este miércoles, en Comando Actualidad.