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Historias de Puerto Cortés

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El hogar de niños San Ramón lleva el nombre del barrio en el que nació. En la actualidad es el hogar de once niños con edades comprendidas entre los 7 y los 12 años.
El hogar de niños San Ramón lleva el nombre del barrio en el que nació. En la actualidad es el hogar de once niños con edades comprendidas entre los 7 y los 12 años.

Al norte de Honduras, en la costa del Mar Caribe y muy cerca de la frontera con Guatemala, está el puerto más grande de América Central: Puerto Cortés. Está situado en una gran bahía natural de aguas profundas donde las mareas apenas tienen influencia. En Puerto Cortés viven 126.000 personas. Su principal actividad económica gira en torno a las operaciones del puerto que genera el 65% del empleo en la ciudad.

Los padres paúles llegaron a Puerto Cortés hace más de un siglo, en 1910. Enseguida se pusieron del lado de los más pobres. Fruto de este compromiso es la creación del Centro Educativo Parroquial “Sagrado Corazón de Jesús”. Cuando se construyó, hace casi 60 años, fue una novedad por tratarse del primer colegio privado. Aquí estudian alrededor de 400 alumnos. Entran con seis años, en preparatoria, y se gradúan con 18, al terminar el Bachillerato. De aquí salen preparados para trabajar o para ingresar en la universidad. Casi el 40 por ciento de los alumnos reciben algún tipo de ayuda al estudio.

El hogar de niños San Ramón lleva el nombre del barrio en el que nació. En la actualidad es el hogar de once niños con edades comprendidas entre los 7 y los 12 años. La situación de los niños en Honduras es alarmante. En junio de 2014 el Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia fue disuelto. Con él se cerraron los centros que albergaban a los niños en riesgo social. En su lugar el gobierno creó la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia. Esta nueva institución no gestiona hogares. Los últimos datos señalan que, en Honduras, alrededor de 10.000 niños se encuentran en situación de calle.

Nolberto

Nolberto tiene 23 años y un buen trabajo en la Caja de Ahorros de la Empresa Nacional Portuaria. Su historia es un ejemplo de superación. Es el cuarto de seis hermanos. Cuando murió su madre él sólo tenía siete años. Sus tres hermanos mayores se fueron de casa. Los tres pequeños se quedaron a vivir con su padre, un pescador que a duras penas podía alimentarles. Nolberto vivió diez años en el hogar san Ramón y estudió becado en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús. Nolberto se graduó hace tres años como Perito Mercantil y Contador Público. Es un bachillerato técnico administrativo que le ha permitido encontrar su actual trabajo.

Víctor

Víctor tiene 17 años. Vive en el barrio de san Ramón con su madre y sus dos hermanos pequeños. Este curso se ha matriculado en el Centro de Integración Juvenil y Enseñanzas Laborales ‘Federico Ozanam’ que dirigen los padres paúles. Federico Ozanam es una obra educativa destinada a jóvenes con bajos recursos económicos y problemas de adaptación al sistema formal de educación. Cuenta con cuatro áreas de formación: Electricidad, mecánica automotriz, refrigeración industrial y soldadura. Abrió sus puertas en 1998 y ya han pasado por sus aulas más de 2.000 jóvenes de Puerto Cortés. En la actualidad hay cien chicos con un perfil similar. La mayoría viven con sus abuelos, tíos o madres solteras y tienen a una parte de la familia en Estados Unidos. El centro también cuenta con un departamento de integración que trabaja con los alumnos y sus familias para que no abandonen el centro.

Los misioneros paúles han conseguido que ningún joven pierda esta oportunidad por motivos económicos. Para ello han implicado a las familias del barrio que colaboran llevándose a comer a sus casas a algunos de estos alumnos. El ayuntamiento de Puerto Cortés también aporta una cantidad, lo mismo que el Instituto Hondureño de Formación Profesional. Los cursos duran doce meses. Entre febrero y diciembre reciben las clases teóricas y prácticas en el centro Ozanam. Una vez acabada la formación se integran en distintas empresas como becarios. Durante dos meses trabajan poniendo en práctica lo aprendido. Los que tienen suerte acaban consiguiendo un contrato laboral. La formación técnica se completa con clases de inglés, religión, matemáticas e informática.

El centro también cuenta con una escuela de padres. Una vez al mes convoca a las familias para informar sobre el progreso de sus hijos. También aprovechan para impartir formación sobre algún tema de interés. Mantener abierto el centro Federico Ozanam cuesta 90.000 euros al año. Los paúles han organizado un sistema de apadrinamiento educativo. Desde España se financian becas individuales. Aportando 20 euros al mes estos chicos pueden seguir estudiando, esquivando la violencia y abriendo un boquete de esperanza por el que huir de las drogas.

Mariana Janeth es la madre de Víctor. También de Kevin y Usier, que tienen 13 y 7 años. Ella sola saca adelante a sus tres hijos con este pequeño puesto en el Parque Central de Puerto Cortés, en los exteriores del Mercado. Todos los meses tiene que pagar 500 lempiras al ayuntamiento por vender aquí. Al cambio son 20 euros. Mucho dinero para una mujer soltera, con tres hijos. También tiene que devolver un préstamo que pidió a un particular cuando las ventas iban mal.

Vicentinos

Desde la misión de Puerto Cortés los padres paúles, conocidos en Honduras desde hace más de un siglo como vicentinos, atienden dos parroquias con una población estimada de 150.000 habitantes distribuidos en 115 comunidades. El territorio se extiende a lo largo de 80 kilómetros de costa y decenas de kilómetros montañosos. Atender a los más pobres es la principal preocupación de los vicentinos

Salud y mayores

En 1996 abría sus puertas el Consultorio de la parroquia. El consultorio funciona de lunes a viernes en horario de mañana y está pensado para atender a la población más necesitada. El precio de una consulta médica privada varía entre las 300 y las 500 lempiras. En el Consultorio San Vicente de Paúl se pide una colaboración de 25 lempiras. Además de la doctora, el consultorio cuenta con una enfermera que se encarga de recibir a los pacientes en lo que aquí denominan pre-consulta. Ella es la que abre expediente a las personas que vienen por primera vez y controla la temperatura y la presión antes de pasar a consulta. Las Hijas de la Caridad que lo dirigen también han habilitado un pequeño laboratorio. Aquí se realizan las pruebas analíticas más comunes. La farmacia es otro servicio fundamental para las familias de bajos recursos. En el Consultorio de la parroquia los medicamentos son muchísimo más baratos. El Hogar de Ancianos San Vicente de Paúl está atendido por las Hijas de la Caridad y un equipo de 15 trabajadores. Aquí viven 30 personas mayores escogidas entre los más necesitados y abandonados de esta extensa misión.

Radio Luz

Para llegar a todos los rincones del territorio encomendado a los misioneros paúles cuentan con la ayuda de Radio Luz. Los contenidos educativos, evangelizadores, informativos y de entretenimiento se suceden a lo largo del día. Radio Luz emite de siete de la mañana a nueve de la noche ininterrumpidamente. Se trata de un proyecto económicamente sostenible. Las cuotas del club de amigos de la radio y el patrocinio de programas por parte de empresarios católicos hace posible este milagro evangelizador.