Las dos orillas del Dniéster
- En Portada recorre las dos orillas del Dniéster a su paso por Moldavia.
- El río delimita el conflicto más olvidado de Europa, el de Transnistria
Moldavia es el país más desconocido de Europa, al menos en eeste extremo occidental del continente. Es un país pequeño, de apenas 3 millones y medio de habitantes, del que que apenas damos/recibimos información. Moldavia no ocupa los grandes titulares de los medios españoles.
Pero aunque nos conozcamos poco, probablemente más ellos a nosotros, compartimos algunas preocupaciones. Según el Informe de Transparencia Internacional sobre la corrupción en Europa y Asia Central, de noviembre de 2016, Moldavia encabeza la lista de percepción de corrupción.
Un 67% de los moldavos consideran que la corrupción es uno de los tres mayores problemas de su país. ¿Quiénes les siguen en la lista? ¿No lo adivinan? Los españoles, un 66% tiene la misma opinión. Y nos siguen Kosovo (65%), Eslovenia, Ucrania, Bosnia Herzegovina, Lituania…. Sin sorpresa alguna, Suecia (6%9 y Alemania (2%) cierran la lista.
Además, ucranianos, moldavos, bosnio y españoles encabezamos la lista de los que estiman que sus respectivos gobiernos están lejos de hacer lo suficiente para combatir la corrupción.
El país más pobre de Europa
El descontento ciudadano ha crecido en los últimos años, sobre todo a raíz del llamado “escándalo de los mil millones”, en el que, en 2014, se esfumó del Banco Nacional esta cantidad, equivalente al 12,5% del PIB del país, dentro del rescate de los 3 grandes bancos moldavos, amenazados por la quiebra. Los bancos quebraron, pero el dinero no se recuperó. Y, cómo no, toca ahora a los ciudadanos pagar la factura a costa de recortes en gastos sociales e infraestructuras.
El escándalo ha conllevado el desprestigio de la élite pro Unión Europea. Hace 10 años, las encuestas señalaban que el 75% de los moldavos era partidario de la integración en la UE, hoy, apenas es el 31%, mientras que un 44% es partido de estrechar lazos con Moscú.
En Moldavia, el país más pobre de Europa, con unos sueldos de unos 250 euros al mes de media, la mejor perspectiva es conseguir un pasaporte y emigrar, bien hacia el oeste, bien hacia el este. Es el camino que ya han tomado casi un millón de moldavos, cuyas remesas suponen el principal ingreso del país.
La disolución de la URSS conllevó un caos económico, en el que medraron las mafias mientras la población se empobrecía. La nomenklatura se trocó en oligarquía. Cada antigua república soviética cuenta con nuevas élites y” hombres fuertes”. En el caso de Moldavia, es Vladímir Plajotniuk, al que se añaden, cruzando el Dniéster, en la margen que la autoproclamada República Moldavia Pridnestrovia, Viktor Gushan e Ilya Kazmaly, propietarios del grupo Sheriff, omnipresente en este pequeño territorio, cuya independencia ni siquiera Moscú reconoce.
El Sheriff de Tiráspol, un equipo de Transnistria, pero cuya importancia deriva de que juega en la liga moldava, que ha ganado 14 veces, y que juega como equipo moldavo en las competiciones europeas. Ello no impide que los partidos que disputa con el equipo de la capital moldava sean también auténticas declaraciones políticas. Su entrenador en la temporada 2013/14, el catalán Juan Ferrando, describió aquellos encuentros como “si el Barça jugara con el Real Madrid y Cataluña fuese independiente”.
Por cierto, en ambas orillas del Dniéster no faltaron moldavos, de habla rumana, rusa o ucraniana, que nos preguntasen por Cataluña, por “la cuestión catalana”.