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Aquí la Tierra

Abono Verde, la dieta sana para nuestra tierra

  • El Abono Verde es una de las medicinas naturales que mejor mantienen el equilibrio de nuestra cosecha
  • En este post te contamos la fórmula mágica para tu cultivo
  • Te contamos más consejos para tu huerto en la web de Aquí la Tierra

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Aquí la tierra - Abono, el tesoro de la huerta

¡Hola amigos hortelanos! La tierra nos alimenta con infinidad de verduras y hortalizas, pero… ¿quién alimenta a la tierra? La propia naturaleza se ocupa de alimentarla, pero nosotros también podemos ayudar y mucho con el Abono Verde, del que vamos a hablar en este post. El mantenimiento del equilibrio de una tierra de cultivo y la reposición de nutrientes dentro del ciclo natural lleva su tiempo. Muchas veces los hortelanos queremos aprovechar nuestra huerta al máximo y con toda la frecuencia posible dentro de un uso racional y respetuoso de los recursos naturales. Por eso, aprender formas de optimizar las características y cualidades del suelo es muy importante para cultivar.

Para fertilizar nuestra tierra de forma limpia y natural y mejorar su estructura y propiedades, lo mejor es abonar con el Abono Verde, un tesoro para la huerta. Se trata de una de las formas tradicionales de mejorar la tierra para casi todo tipo de cultivos y superficies. El Abono Verde es el resultado de muchos años de experiencia y sabiduría popular, usado ya desde la antigüedad por chinos, egipcios, griegos o romanos.

Abono Verde
Abono Verde

Abono Verde Getty Images

La fórmula mágica

El Abono Verde sirve para cultivar plantas no consumibles que sirven como nutrientes para nuestra tierra. Hay tres especies principales: Leguminosas, Gramíneas y Crucíferas. Cada una de las tres especies aporta unas ventajas diferentes y la variedad a elegir depende del clima de la zona; las características y necesidades concretas del suelo en cuestión; la época del año y de los criterios del hortelano. Pero veamos las principales ventajas que aporta cada una de las especies:

- Leguminosas: su principal y asombrosa función es captar el nitrógeno del aire y acumularlo en sus raíces en un formato aprovechable para nuestra tierra, gracias a la acción de una bacteria (Rhizobium Leguminosarum), desde donde se liberará para fertilizarla. Además sus poderosas y profundas raíces contribuyen a permeabilizar la tierra.

- Gramíneas: aportan el carbono necesario para conseguir una buena relación con el nitrógeno de las leguminosas y proporcionar así un poder fertilizante más completo. Al cortarlas se convierten en materia orgánica de descomposición lenta y también inhiben el crecimiento de muchas adventicias.

- Crucíferas: Tienen acción nematicida (plaguicida), evitando el daño que los nematodos (parásito) pueden ocasionar a nuestros cultivos. También constituyen una reserva de materia orgánica para nuestro suelo y son capaces de desarrollarse bien en suelos pobres o que han quedado “agotados” después de los últimos cultivos.

La fórmula mágica consiste en realizar una combinación de estas tres especies de plantas para acumular todos sus beneficios consiguiendo un resultado óptimo. Nuestra recomendación para un "trío ganador" podría ser: veza (leguminosa), centeno (gramínea) y mostaza blanca (crucífera). Pero en función de las características del suelo y clima de cada zona, esta combinación puede adaptarse a cada caso concreto.

Los beneficios del abono verde

Son muchos los beneficios que nos aporta el uso de abono verde y pueden variar en función de las plantas concretas que se utilicen en la combinación, pero podemos resumir los más importantes y habituales en una combinación que incluya leguminosa, gramínea y crucífera.

  • Aumento de la materia orgánica en el suelo.
  • Aumento de nutrientes en el suelo, especialmente de nitrógeno por la acción de las leguminosas.
  • Mejora de la infiltración de agua por el efecto combinado de raíces y cobertura vegetal.
  • Disminución de la evaporación de agua del suelo.
  • Protección contra la erosión superficial.
  • Disminución del “lavado” de nutrientes.
  • Mejora la estructura del suelo.
  • Evita el desarrollo de malas hierbas.
  • Aumenta los macroorganismos y microorganismos del suelo, mejorando su dinámica física y química.
  • Reduce el ataque de plagas y enfermedades.
Abono Verde
Abono Verde

Abono Verde Getty Images

Cómo hacerlo

Las plantas elegidas como Abono Verde, se siembran teniendo en cuenta el propósito del abonado y los cultivos que se vayan a desarrollar en la tierra a abonar. Podemos variar nuestro combinado en función de los nutrientes específicos más demandados por el cultivo o por las necesidades concretas del suelo a mejorar.

- Abono Verde simultáneo a los cultivos que tengamos en desarrollo, generalmente en los espacios que quedan entre bancales, y que una vez cortado el abono verde lo dejamos como cubierta vegetal ocupando la superficie de esos espacios

- Abono Verde entre un cultivo y el siguiente, para ayudar a la fertilización de los cultivos que vamos a desarrollar

- Abono Verde para una tierra que va a quedar sin cultivar un tiempo, ayudando a que se recupere del desgaste producido por los cultivos anteriores, se mantenga en buenas condiciones durante ese tiempo y optimizarla para los cultivos que vayamos a tener en un futuro.

Sembrar, cortar e incorporar

- Sembrar: En todos los casos, lo que hacemos es sembrar de forma densa nuestras plantas de la combinación elegida, siempre teniendo en cuenta que haya tiempo para que crezcan lo suficiente y de tiempo a cortarlas e incorporarlas al suelo. El momento óptimo para cortarlas es justo antes de la floración o justo al comienzo. Pero, en todo caso, antes de que desarrollen el fruto y suelten las semillas (salvo que por algún motivo busquemos expresamente que se vuelvan a reproducir con sus propias semillas).

- Cortar: Normalmente se trata de cortar sólo la parte aérea de las plantas del abono verde, a mano o con máquina. A veces, cuando el terreno está muy suelto, también existe la opción de arrancar las plantas a mano, pero no suele ser lo más eficaz, ya que es habitual buscar las ventajas que se consiguen al dejar las raíces bajo la superficie.

- Incorporar: Hay dos formas de hacerlo. La primera es mezclar las plantas cortadas superficialmente con la tierra. En este caso, se dejan las plantas cortadas varios días sobre la superficie y cuando ya están parcialmente degradadas se mezclan con la tierra sin profundizar mucho para que quede una mezcla superficial que continuará degradándose y liberando las sustancias que se incorporarán a la capa superficial de nuestro suelo. La segunda es dejar las plantas cortadas sobre la superficie sin llegar a mezclarlas. Las plantas se degradan en superficie y van liberando todas las sustancias que se incorporan a la superficie del suelo. De esta segunda forma, la incorporación de nutrientes es menos intensa pero se consigue una mejor protección contra la evaporación de humedad y la proliferación de malas hierbas.

Mantener un suelo en buenas condiciones es un requisito esencial para que nuestra huerta produzca unos cultivo sanos, abundantes y de calidad. Así que amigos hortelanos, ya sabéis cómo ponerle una buena "dieta" a ese huerto para tenerlo siempre ¡en forma!

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