Las Peñas de Riglos es un pequeño pueblo de Aragón que se encuentra a 45 kilómetros de Huesca. Famoso por sus Mallos, espectaculares formaciones geológicas en las que practicar la escalada, se compone de varias poblaciones separadas por pocos kilómetros.
42 años | Empresario
Me fui con 20 años de Barcelona a Murillo de Gállego (Zaragoza) para formarme como guía de montaña porque me gustaba la naturaleza. Cuando llegué, la zona me encantó. Como soy aficionado a la escalada, monté mi propio negocio de turismo activo aprovechando las oportunidades que la naturaleza me brindaba en Riglos. Ahora no me imagino viviendo en otro entorno que no sea éste o, al menos, no en una ciudad.
56 años | Panadero
Vivía en Madrid cuando una amiga de la Comarca de la Hoya me contó que la panadería de La Peña Estación -una aldea de Riglos con 15 habitantes-, estaba cerrada después de décadas abierta. Llevaba toda la vida amasando pan, viviendo en Barcelona, Ibiza y entonces tuve la idea. Me trasladé a vivir aquí para reabrir el negocio y me especialicé en productos artesanales hechos en horno de leña, como el pan de tres moños, que tiene una forma única en España. Cuando los vecinos me oyen llegar con la furgoneta del reparto, ¡se monta una buena!.
53 años | Tejedora
Llevo 20 años viviendo Riglos, a donde llegué desde Cataluña huyendo de la ciudad. Hoy, mi gran pasión es el telar, una tradición artesanal que los aragoneses de antaño abandonaron y que junto a mi amiga francesa Marinoelle trato ahora de recuperar. Me gano la vida como monitora de niños por las mañanas, además de alquilar una casa rural que compré y restauré. Mi concepto del tiempo ha cambiado, hace años que dejé de llevar reloj.
26 y 34 años | Ama de casa y empleado en empresa de madera
Nos conocimos en Riglos, donde yo vivía y David venía de visita para pasar algunos días al pueblo de su madre. Cuando nos enamoramos, me fui a Zaragoza, pero después de vivir aquí la vida de la ciudad no me De esto hace 10 años y David y Elena se enamoraron hace 10 años, en una de las visitas que él hacía al pueblo de su madre: La Peña-La Estación. Primero ella se fue a Zaragoza por amor, donde él vivía. Compraron un piso y tuvieron un bebe, pero al año ella le pidió trasladarse a La Peña porque la ciudad la agobiaba. Él aceptó y empezó a trabajar en la fábrica de maderas donde también trabaja su suegro. Es la única fábrica de la zona y da empleo a varias decenas de personas.
50 años | Pastor y agricultor
Hasta donde me alcanza la memoria, somos ya cuatro generaciones en la familia dedicadas a la ganadería y la agricultura. Y en ese tiempo el pueblo ha cambiado mucho. Muchos que llegan se aburren, yo creo que porque la vida del pueblo sólo la entiende el que vive aquí. A mi desde luego me encanta, sin embargo en la ciudad me encuentro muy incómodo. Pero además, aquí tengo a mi mujer, Brigitte, que dejó su vida en Francia para empezar una nueva vida conmigo, en Riglos.