Tierra de paso entre las primeras sierras pirenaicas y la depresión del Valle del Ebro, Sangüesa está enclavada en plena ruta del camino de Santiago, por lo que acoge a los numerosos peregrinos. Esta monumental localidad alberga también numerosas joyas arquitectónicas que evocan su época de esplendor desde la Edad Media, cuando comerciantes, peregrinos y artistas de toda Europa llegaron al pueblo dotándolo de un rico patrimonio histórico-artístico.
42 años | Peluquera
Nací en Sangüesa y mi pasión es la peluquería. Siempre tuve claro que quería vivir aquí. Incluso cuando conocí a mi marido, que era de un pueblo cercano, le puse como condición que nos quedáramos aquí, como ultimátum. Me gusta que Sangüesa sea una ciudad pequeña, en la que nos conocemos todos, en la que puedes apoyarte y ayudar a cualquiera, como que tu hijo se caiga y se haga una herida y sepan dónde tiene que llamar para avisar a los padres.
51 años | Alcalde
Soy más de campo que las amapolas. Vivo en la calle paralela a la de la casa en la que nací y el pequeño bloque en el que está mi casa lo compartimos los cuatro hermanos, ¡cada uno en su piso, claro!. Me siento además muy ligado a las tradiciones y formo parte del grupo de txistularis y toco el `atabal¿, un tambor tradicional de la montaña navarra. Mucho de esto lo he heredado de mi padre, que ahora está jubilado pero que está lleno de energía y ganas de hacer cosas nuevas.
34 años | Ceramista
Nací en Pamplona, pero venía mucho con mis padres a Sangüesa. Poco a poco y sin proponérnoslo, mis tres hermanos y yo nos acabamos trasladando aquí y, tras jubilarse, mis padres también. Me vine aquí y monté mi propia tienda-taller de cerámica en el que vendo muchas réplicas de los monumentos de Sangüesa. Mires donde mires aquí hay rincones con encanto, además de muchas otras cosas. Están los huertos, muy populares entre los vecinos; o el conservatorio, al que van muchísimos niños del pueblo y que es además uno de los mejores de España.
47 años | Hostelero
Nací en Caseda, un pueblo a 15 km de Sangüesa. Pero desde que era adolescente mi vida ha estado unida a la localidad. También viví en Pamplona, pero no quiero el ajetreo de esa vida ni tampoco la excesiva tranquilidad de un pueblo pequeño: aquí tengo el equilibrio. Desde hace muchos años regento un bar que es centro de reunión los fines de semana y en el que organizo pequeños conciertos. Pero mi gran pasión, mi vida, es el río. Fundé un club de piragüismo muy importante en la comarca y practico muchos deportes. Lo cierto es que Sangüesa tiene todas las ventajas de una ciudad sin sus inconvenientes.