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En Moscú, adonde llegó como corresponsal en 1988, Mikel Arregui fue testigo directo de uno de los momentos históricos de finales del siglo XX: la Perestroika y posterior desintegración de la URSS.
Como él mismo dice: "Fui a un mundo y volví de otro".
Mikel Arregui fue durante años un hombre de centro territorial. Se incorporó en 1979 al centro de TVE en Bilbao, desde donde retrató un período convulso jalonado por la desindustrialización, las huelgas, las grandes movilizaciones, atentados, secuestros...
En Moscú, adonde llegó como corresponsal en 1988, Mikel Arregui fue testigo directo de uno de los momentos históricos de finales del siglo XX: la Perestroika y posterior desintegración de la URSS.
Como él mismo dice: "Fui a un mundo y volví de otro".
Mikel Arregui fue durante años un hombre de centro territorial. Se incorporó en 1979 al centro de TVE en Bilbao, desde donde retrató un período convulso jalonado por la desindustrialización, las huelgas, las grandes movilizaciones, atentados, secuestros...
Los buenos montadores dicen que viendo los planos es fácil reconocer al autor de la imagen.
Mikel nos habla en el El ojo en la noticia de los elementos que podrían definir su forma de rodar: plano secuencia, primerísimo primer plano y gran angular.
Compañero de Mikel en Bilbao, lo define como un reportero que "siempre supo mantenerse en la distancia para no convertirse él en noticia".
Mikel compartió corresponsalía en Moscú con Rosa María Calaf. Según ella, Mikel "se caracteriza por su tenacidad, por su determinación...por estar siempre allí donde hay que estar..."
El propio protagonista recuerda en primera persona su trayectoria profesional en TVE
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