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Carmen Calvo, presidenta del Consejo de Estado, ha estado en Las Mañanas RNE para hablar sobre el 'caso Gisèle Pelicot'. Teme que la democracia y la política "está a otras cosas" y que hay posiciones políticas que niegan la violencia sexual contra las mujeres. "Cada pocos días se asesina a una mujer y, de repente, forma parte del paisaje [...] Si se ejerciera contra los hombres, me temo que tendríamos un refuerzo y una reacción más importante". Calvo celebra la legislación española, que pone el consentimiento en el centro, y considera que, "pese a las derivas defectuosas, hay que seguir alabando la ley 'solo sí es sí'". "Dentro del matrimonio no se violaba a las mujeres, formaba parte de la normalidad de las relaciones, hasta que conseguimos que ahí se protegiera la libertad de una mujer", nos explica.

El juicio contra Dominique Pelicot ha tenido una enorme repercusión en Francia y ha puesto el foco en la lucha contra la violencia sexual en el país, al tiempo que ha abierto varios debates, como el de la sumisión química, el papel de las víctimas o el consentimiento. Todo ello, con Gisele Pelicot a cara descubierta en todo el proceso y convertida en icono feminista. Las claves jurídicas del caso también trascienden a la sociedad francesa y, a nivel europeo, se empieza a revertir la tendencia a revictimizar y cuestionar a las víctimas.

Foto: Miguel MEDINA / AFP

Dominique Pelicot ha sido declarado culpable de violar a su mujer Giséle, de someterla químicamente y ofrecería a otros hombres, de difundir fotografías de ella de contenido sexual y de tener material sexual de su hija y de su nuera. En total, 20 años de prisión, la máxima en Francia, y la que había solicitado la Fiscalía. En la sala, se ha visto a un Pelicot abatido que también ha escuchado las penas que el tribuna profesional ha dictado para los otros 50 acusados, que han sido más bajas de las que pedía el Ministerio Público.

Foto: Benoit PEYRUCQ / AFP

Dominique Pelicot es declarado culpable por drogar y violar repetidamente a la que fuera su mujer Gisèle y ofrecerla para que otros hombres la violaran. El Tribunal Penal de Aviñón le impone una pena de 20 años de cárcel, la máxima que podía caerle. Los otros 50 hombres procesados por participar en las violaciones también son declarados culpables, pero las condenas son inferiores a las que pedía la Fiscalía.

El Tribunal no acepta el argumento de que algunos "no sabían que la estaban violando", pero acepta que podían no saber que estaba drogada, por lo que no aplica el agravante de haber utilizado intoxicación química. Las penas van entre los 15 años, la máxima, y tres años, la mínima: seis encausados no van a entrar realmente en prisión. Gisèle Pelicot, que ha mirado a la cara a cada uno de los violadores, dice que respeta la decisión de la justicia y que no se va a oponer a ello. "Hay una consecuencia evidente en el debate público: Gisèle ha trascendido su condición de víctima y se ha convertido en un icono y un referente de la lucha feminista", informa Antonio Delgado, corresponsal en Francia.

En Francia, este lunes ha sido la última sesión del caso Pelicot antes de que los jueces dicten sentencia. En esta jornada ha declarado por última vez el principal acusado, Dominique Pelicot, que ha rogado a su familia que le perdonen por lo que hizo durante 10 años: drogar a su mujer, Gisèle, para que otros hombres la violaran. También ha reconocido la valentía de Gisèle y les ha dicho a los jueces que "tienen el resto de mi vida en sus manos".

La pornografía es una industria muy opaca respecto a datos, condiciones y personas que intervienen en ella. Adentrarse en ella parece fácil por la gran facilidad de acceso, pero muchas de las actrices que han pasado por esta industria, denuncian abusos de todo tipo dentro de ella y la dificultad de denunciarlo públicamente. Los casos de suicidio en estrellas del porno son una de las grandes alarmas que suenan acerca de una industria que mueve millones.

La Policía Nacional está investigando un presunto caso de abusos sexuales a una niña por parte de varios alumnos de su mismo colegio en Granada capital, según han confirmado fuentes policiales. La familia de la menor presentó una denuncia hace un par de meses por posible agresión sexual. Los hechos denunciados se habrían producido en un centro educativo con estudiantes de entre tres y 12 años, por lo que tanto la víctima como sus agresores son menores de edad, según ha explicado la el Grupo de Menores de la Policía Nacional. Las indagaciones practicadas hasta el momento han expuesto que hay tres implicados y todos son menores de 14 años y, por tanto, inimputables.

El pasado 21 de octubre la Archidiocesis de Madrid celebró un acto público de reconocimiento y reparación a las víctimas de abusos de la iglesia. El el acto varias víctimas tomaron la palabra. José Cobo, Cardenal Arzobispo de Madrid, ha explicado en Las Mañanas de RNE que "desde hace mucho tiempo, tras acompañar a muchas víctimas de la Iglesia, hemos aprendido a creer a las víctimas y a dejar que ellas implementen sistemas de conversión dentro de la Iglesia", ha asegurado a Josep Cuní.

Cobo cree que cada momento tiene una "sensibilidad histórica y que los distintos pontificados han intentado sacar lo mejor en cada momento dadas las circunstancias de cada momento": "El Papa no es un extraterrestre ni un marciano", ha opinado y ha añadido que Juan Pablo II empezó a "señalar los abusos", que Benedicto XVI empezó a ""tomar medidas serias y que finalmente "el Papa Francisco ha abierto la puerta para ejercitar los mecanismos de conversión".

Muchos se han preguntado por qué tantos clérigos han sido abusadores. El Cardenal opina al respecto que "la educación en algunos momentos en nuestro país estaba exclusivamente en manos de clérigos. Ha habido abusos, pero no sé si es más en otros sitios o no", ha explicado. "Yo creo que el celibato no es la causa. Ahora mismo el número de abusos intrafamiliares es mucho más elevado", ha argumentado.

Preguntado también por la relación de privilegio que tiene la Iglesia Católica con el Estado, ha considerado que "no sabe" si es un privilegio: "El concordato no subraya privilegios: subraya una atención especial", ha sentenciado.

Tras once semanas de juicio, la Fiscalía francesa ha hecho pública su petición de pena para Dominique Pelicot, acusado de drogar a su esposa, Gisèle Pelicot, durante años para que otros hombres la violaran. El Ministerio Público pide 20 años de cárcel, lo máximo previsto en el Código Penal en Francia para un delito de violación con agravante. "Es mucho y a la vez poco si se compara con los hechos", ha dicho la fiscal en la sala. "Aún está por ver si la sentencia retiene esta pena", informa Antonio Delgado, corresponsal de RNE en París, y cuáles serán las demandas de prisión para los otros 50 procesados.

La mayoría de las violaciones las perpetran conocidos de la víctima, en un 70% de los casos, y en el propio domicilio, 60%. Vivir en pareja no es una carta blanca para obligar a practicar sexo. El Tribunal Supremo falló en 2019 que no existe una obligación sexual dentro de la pareja. Según la encuesta europea de violencia de género, más de 700.000 mujeres afirmaban haber mantenido relaciones sexuales con su pareja por miedo a lo que podría ocurrir si se negaban. El consentimiento tiene que ser voluntario y reversible.

Foto: Getty Images