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Los expertos rusos que investigan el accidente aéreo en el que murieron el presidente polaco y otras 95 personas, han confirmado que en la cabina había personas ajenas a la tripulación. Queda por aclarar en qué medida pudieron influir en la decisión de aterrizar, porque sí se ha confirmado que no hubo acto terrorista, ni incendio, ni fallo técnico.

Las filtraciones a la prensa de la conversación en la cabina del avión de Spanair, que se estrelló en Barajas el 20 de agosto de 2008, han vuelto a poner en primer plano aquel accidente, el peor en 25 años de historia aeronáutica comercial en España. Las grabaciones que se han conocido esta semana, y que en buena parte, según fuentes jurídicas aparecen transcritas literalmente en el sumario, recogen las dudas de la tripulación sobre cómo se reparó la avería que obligó a retrasar la salida del aparato, que finalmente se estrelló. Las asociaciones de pilotos han criticado que estas grabaciones hayan salido a la luz la misma semana en que el juez que instruye el caso había citado a declarar a seis nuevos testigos.

Según las primeras informaciones sólo ha sobrevido un niño de 8 años. Las autoridades libanesas han descartado la hipótesis de que se trate de un atentado terrorista.

Hoy declaran nuevos testigos con los que los familiares de las víctimas confían que se dé un nuevo impulso al caso. Y precisamente hoy se ha conocido el contenido de las conversaciones de la caja negra, que revelan la preocupación de los pilotos por la solución que se dio al fallo detectado en el avión.

El candidato del Partido de la Independencia de Reino Unido por la circunscripción electoral de Buckingham, Nigel Farage, ha tenido un accidente de avión cerca de Brackley, en Northamptonshire. Tanto él como el piloto, la dos únicas personas a bordo, han logrado salir ilesas, según informa Politics Home.