En Somalia, gran parte de la población está muriendo de hambre y por eso, cientos de personas han huido sin nada de sus tierras, azotadas por la sequía, la peor de la región en cuarenta años.
Países como Kenia han optado por levantar una prohibición con años en vigor: la de plantar transgénicos. La urgencia es alimentar a sus 55 millones de habitantes, aunque el precio a pagar sea ceder parte del poder sobre lo que se cultiva en sus tierras a grandes corporaciones.