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Los 4,4 millones de electores del "Land" alemán de Hesse votan hoy en unos comicios regionales clave en los que se pone a prueba a los partidos de la coalición del Gobierno federal de Angela Merkel

Los pronósticos son malos  para la CDU de la canciller Merkel y sus socios socialdemócratas del SPD en el gobierno. Como antes en Baviera se prevé una victoria para los Verdes y la extrema derecha. Merkel ha advertido contra los experimientos en política y recomienda no hacer de cada cada consulta regional un elección legistlativa en miniatura.

Después de 13 años en el gobierno, el futuro de la canciller alemana es cada vez más incierto. Todo apunta a un fiasco similar al sufrido hace medio mes en Baviera donde el partido de Merkel perdió diez puntos y medio respecto a 2013. Un resultado similar en la rica región de Hesse, de la que forma parte Frankfurt, capital financiera de alemania y sede del Banco Central Europeo, podría pulverizar su alizanza  con los socialdemócratas. 

Los socios conservadores que apuntalan el Gobierno de Angela Merkel se juegan en estas elecciones regionales, la mayoría absoluta de la que han gozado en el Parlamento de Baviera desde hace décadas. Si las encuestas aciertan, y no logran más que el 35% de los votos, se verían obligados a pactar para seguir en el poder.

Los sondeos tampoco dan un buen pronóstico para los socialdemócratas de este land bávaro, que perderían su condición de segunda fuerza a favor de Los Verdes, que lograrían un éxito sin precedentes si consiguen el 20% que les otorgan. Alternativa por Alemania, la extrema derecha según las encuestas, lograría representación en la cámara regional con un 10% de apoyo.

Estas elecciones podrían afectar seriamente a la gran coalición que gobierna Alemania, una alianza fruto de un difícil pacto y lastrada desde sus inicios por frecuentes crisis y amenazas de ruptura.

En Alemania, con varias citas electorales regionales a la vista, un grupo de judíos ha fundado una plataforma dentro del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD, en sus siglas en alemán).

Los principales colectivos judíos del país han criticado esta iniciativa por darse en una formación que ha desdeñado a la comunidad y quitado hierro al nazismo.

19 personas integran esta nueva plataforma que tiene en el punto de mira la "migración masiva de musulmanes antisemitas" en Alemania. Defienden que AfD se distancia así del antisemitismo.

El presidente de este grupo aduce que que Alternativa para Alemania es un partido sumamente pro Israel y puede presumir de ser el que más de todo el Parlamento germano.

"El Islam no ha logrado hacer la paz con los judíos en ninguna parte de Marruecos a Indonesia, y no lo han hecho en el estado judío de Israel y tampoco en Alemania ni en Europa", afirma otro de sus dirigentes.

En su contra se han manifestado más de 200 personas, convocadas por estudiantes judíos, con lemas como "la AfD no es 'kosher'" ('kosher' significa que está de acuerdo con la ley religiosa judía).

Para el Consejo Central de Judíos de Alemania, este partido, líder de la oposición y tercera mayor formación en el Parlamento, supone "un peligro para la vida judía" y esta nueva plataforma ignora que sus "metas van más allá de un partido populista de derechas".

La nueva plataforma se ha presentado en el estado de Hesse, donde se celebran comicios en tres semanas y Alternativa para Alemania amenaza con entrar con fuerza en la cámara regional, según los últimos sondeos. Algo parecido podría mismo ocurrir este fin de semana en Baviera, con los socios democristianos bávaros de Angela Merkel en el Gobierno en declive.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha señalado las "profundas diferencias" que mantiene con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, tras el encuentro mantenido entre ambos líderes en Berlín para tratar de remendar las relaciones bilaterales. En la rueda de prensa conjunta en Berlín que ha seguido a su primera reunión, Merkel ha destacado los desencuentros que mantiene su gobierno con el turco en cuestiones como "el Estado de derecho" y la "libertad de prensa", y ha recordado a los alemanes detenidos en Turquía.

Este 2018 está siendo sin duda, el peor de la canciller alemana Angela Merkel desde que llegó al poder. De tener un dominio incontestable en casa y en Europa, ahora incluso tiene problemas en sus propias filas. Ayer, sus diputados decidieron quitarle la presidencia del grupo parlamentario a su protegido. Las cuitas internas de los conservadores alemanas no son muy públicas, pero el futuro de Merkel está cada vez más en cuestión. Hablamos con el director de la Fundación Konrad Adenauer en España, Wilhem Hoftsteimer.