De tarea titánica podemos calificar el hecho de cumplir veinte años como pequeña editorial radicada en una capital de provincias. Lo ha conseguido La Uña Rota, un sello de Segovia que tiene detrás el trabajo y los desvelos de sus cuatro creadores, Mario Pedrazuela, Rodrigo González, Arcadio Mardomingo y Carlos Rod, con quien dialogamos. Comenzaron con pequeños fanzines que distribuían por bares y librerías. Ahora conmemoran el aniversario con la apertura de un centro cultural en su ciudad. Entre medias han consolidado un nombre insólito y un logotipo extraño, el de un boxeador expectante, hasta conseguir un estilo propio con colecciones como "Los Libros Inútiles", "Los Libros del Apuntador" y "Libros robados", y proyectos como "La caja azul" y "La caja negra". Detectan libros con técnicas casi detectivescas y los convierten en arriesgados envites culturales, descubren noveles y clásicos de los considerados raros, cuidan las traducciones y publican sin complejos el teatro de Rodrigo García, Angélica Liddell o Juan Mayorga. Además, acaban de volver a la poesía con el libro La curva se volvió barricada, de Ángela Segovia. Y todo ello, en los márgenes del mercado editorial.
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