Fiel a su pasado docente, Rafael Moneo, Premio Príncipe de Asturias de las Artes, ha esbozado en su discurso una historia de la arquitectura y el arquitecto. Desde los tiempos en el que construir ¿no implicaba la presencia del arquitecto¿, pasando por la fragua de la profesión en el Renacimiento, hasta el desarrollo exponencial que acompañó al nacimiento de las ciudades.
¿Debo decir cuán profundamente agradecido estoy a mi profesión. Que me ha hecho vivir indagando continuamente cuáles son las razones que explican la forma de todo aquello que nos rodea. La forma del paisaje, de los campos cultivados, de los puentes que nos ayudan a cruzar los ríos, de los artefactos mecánicos de que nos servimos, de los objetos de uso cotidiano, de los trajes con los que nos cubrimos, de las obras de arte que nos dicen quiénes somos y, naturalmente de los edificios y elementos con los que se construyen las ciudades¿, ha afirmado Moneo.