El secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, ha urgido al Gobierno turco a moderar su ofensiva militar en territorio sirio tras el ataque a las milicias kurdas hasta ahora sus aliadas en Afrín, localidad kurdo-siria fronteriza con Turquía. Según Mattis la acometida de Ankara, iniciada hace cuatro días, interrumpe el regreso pacífico de los refugiados sirios y podría desencadenar en una nueva crisis humanitaria. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, insistió este martes en que su país continuará "hasta la victoria" su operación militar contra milicias kurdas, en una campaña en la que han muerto al menos dos soldados turcos.
El protagonismo y el mérito de las milicias kurdas del YPG contra el Estado Islámico en la guerra de Siria es incontestable. Pero un conflicto bélico es ante todo una enorme tierra de nadie, en la que los logros militares del presente pueden travestir, o condonar el pasado dudoso de un actor. Es la situación a la que se enfrenta la comunidad kurda, particuarmente las milicias del YPG, respecto a Turquía, su enemigo natural y secular, y EE.UU., potencia de la que se ha convertido en extansión material en el país árabe, a través de la financiación y el apoyo institucional. La guerra prosigue en Siria, y, con vistas al futuro inmediato, Ankara se posiciona para impedir que tras el fin del conflicto se encuentre frente a una comunidad kurda avalada, reconocida y premiada internacionalmente por sus logros oficiales contra el yihadismo del E.I. en la región. Mientras tanto, los combates prosiguen y las tropas turcas, en el contexto de la guerra, insisten en atacar Afrín.
El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, concluye su gira por Oriente Medio en el Muro de las Lamentaciones, en la Ciudad Vieja de Jerusalén, en territorio ocupado, donde los palestinos han convocado una protesta por la decisión de Washington de trasladar su embajada a esta ciudad. La polémica medida se ha adelantado a 2019, y pone en peligro un delicado 'statu quo' en el conflicto palestino-israelí. A pesar del impacto de este movimiento, Pence ha afirmado que "Estados Unidos ha estado trabajando con sus socios en la región para intentar desarrollar un marco hacia la paz".
La operación, bautizada Rama de olivo, se inició la tarde de este sábado con masivos bombardeos aéreos y durante toda la noche ha continuado el fuego de artillería desde la frontera turca, así como el traslado de un gran número de tanques y blindados.
Al menos 24 personas han muerto y otras 16 han resultado heridas en el ataque lanzado el sábado contra el lujoso Hotel Intercontinental de Kabul, la capital de Afganistán, y reivindicado por los talibanes. En el atentado, que ha durado más de 12 horas, han fallecido 18 civiles -cuatro de ellos afganos y 14 de otras nacionalidades-, así como los seis terroristas que entraron en edificio.