Las calles en Siria están a oscuras. La población solo dispone de dos horas de luz al día, una por la mañana y otra por la tarde. La guerra ha devastado las infraestructuras energéticas y los yacimientos de gas y petróleo siguen fuera del control de las autoridades. El nuevo director general del Ministerio de Electricidad asegura que lo primero que harán será "reparar las instalaciones dañadas para dar más horas de luz al día". Además, señala que una de las razones de la escasez es que Irán, amigo den régimen de Asad, ahora no envía petróleo al país y las sanciones no les permiten importar crudo.
La falta de combustible se suple en las calles con la venta ambulante ilegal, ante la que las autoridades, de momento, están haciendo la vista gorda.