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Israel ha lanzado este lunes una oleada de ataques contra 1.300 objetivos de Hizbulá en Líbano que deja al menos 492 muertos (incluidos 35 niños y 58 mujeres) y 1.645 heridos, en la jornada más mortífera del país desde el final de su guerra civil en 1990.

El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha apelado este lunes a la esperanza para lograr "un futuro de paz, justicia y prosperidad" en plena escalada de la tensión en Oriente Próximo y ante la existencia de otros conflictos como la guerra en Ucrania. Sánchez ha hecho esa llamada a la esperanza en su intervención ante la Cumbre del Futuro de la ONU, un evento organizado de forma previa a la apertura del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas.

FOTO: Omar AL-QATTAA / AFP

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha afirmado este lunes que el riesgo de escalada de violencia en Líbano y otros países de la zona "es ya una realidad" y ha avanzado que España no tendrá "ninguna duda" en activar el plan de evacuación si la situación lo requiere. 

"Hoy asistimos al día más violento, con la mayor cifra de heridos y muertos en Líbano de los últimos 30 años, eso nos da una idea de la gravedad ante la que nos encontramos", ha asegurado Albares en La noche en 24 horas, donde ha reconocido que existe "una escalada de la gravedad" de la situación en Oriente Próximo. Foto: EFE/ Fernando Villar

La milicia chiíi Hizbula está ligada a la lucha contra Israel desde sus orígenes. Se crea en 1982, a instancias de Irán y su revolución islámica, para luchar contra la invasión del ejército israelí del Líbano. Desde entonces, su influencia no ha dejado de crecer, hasta el punto de que se considera "un Estado dentro de un Estado". Tiene una dimensión militar, la más conocida; también una política, ya que cuenta con representación en el Parlamento del Líbano; y una social, porque ayuda a los sectores más desfavorecidos de la población chií. Sin embargo, fuera es considerado como un grupo terrorista por Estados Unidos y otros países occidentales.

Foto: AL-MASRI / AFP

La oleada de bombardeos ha comenzado a primera hora de la mañana. Decenas de ataques intensos en el sur y el este de Líbano. Poco antes, Israel había enviado miles de mensajes a la población, para que abandonara sus casas. Y ha comenzado el éxodo: decenas de miles de familias, han dejado atrás sus vidas, y han salido huyendo de ese infierno. 

La carretera de entrada a Beirut, la capital, se ha inundado de vehículos, de familias que quieren ponerse a salvo. Israel dice que atacado más de 1.300 objetivos de Hizbulá, pero las autoridades libanesas denuncia que han matado a civiles (más de 300), entre ellos muchos niños y sanitarios. 

Desde Israel, Benjamín Netanyahu dice que ya advirtió que iban a cambiar el equilibrio de poder en el norte y asegura que este no es el final de la historia.

Foto: REUTERS/Aziz Taher

Decenas de ataques grabados por ciudadanos libaneses muestran un modus operandi equivalente al descrito por Israel. Su ejército asegura estar disparando con precisión contra arsenales de Hizbulá repartidos en distintos edificios, siendo ya 300 los objetivos alcanzados. Tel Aviv ha pedido a través de mensajes a teléfonos móviles de libaneses que viven en las zonas que gobierna Hizbolá que se vayan inmediatamente a un lugar seguro. Es la primera vez desde el 7 de octubre que Israel insta a evacuar zonas del Líbano, como ha hecho repetidas veces en la Franja de Gaza. El objetivo es que los 60.000 israelíes que han abandonado sus casas en el norte del país desde el 8 de octubre, puedan volver con seguridad.

"Los cedros del Líbano florecen en septiembre. Días antes de que detonaran los buscapersonas, habían eclosionado los conos masculinos. Y, ahora, si las bombas de Israel y los cohetes de Hizbulá no les cortan la savia, abrirán los femeninos". Conocemos la 'cara B' de la semana en '24 Horas Fin de semana' con Juan Carlos Soriano.

El Ejército israelí ha atacado este domingo objetivos de Hizbulá en Líbano después de interceptar durante la madrugada 150 cohetes, misiles de crucero y drones lanzados por la milicia chií, como "respuesta inicial" a los ataques israelíes mediante la explosión de dispositivos electrónicos en Beirut tanto el pasado martes como el miércoles. Foto: Jack GUEZ / AFP.

Israel intensifica la ofensiva después de que esta madrugada los cohetes de Hizbulá hayan alcanzado la ciudad fronteriza de Haifa. Ignacio Álvarez-Ossorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámico de la Universidad Complutense de Madrid, asegura que Israel está lanzando un mensaje muy claro de que puede escalar el conflicto. "Netanyahu quiere ganar tiempo para reconstruir la fortaleza de su coalición electoral y abrir cortinas de humo para que la atención mediática no se centre en la catástrofe humanitaria de Gaza". Sin embargo, Álvarez-Ossorio considera que "cualquier error de cálculo puede dar lugar a un punto de no retorno: una respuesta masiva de Hizbulá o la involucración de Irán". A pesar de las amenazas y la escalada verbal por parte de altos cargos israelíes, que no invitan al optimismo, el catedrático no sabe si esto conllevará una guerra total.