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Beirut ha despertado, un día más, entre columnas de humo y con el sonido de los bombardeos en los suburbios del sur. Pero hoy, la inquietud se ha trasladado, sobre todo, a las zonas costeras. A 40 kilómetros de Beirut, está Sidón, una de las ciudades más antiguas del mundo, en la costa mediterránea y que vivía hasta ahora de la pesca, el comercio y el turismo. 

El Ejército israelí ha advertido a los pescadores y a los bañistas que no salgan al mar. Porque podrían atacar también por vía marítima. 

La ciudad tenía unos 50.000 habitantes antes de la ofensiva israelí. Ahora han venido miles de desplazados por la guerra. 

El ejército israelí ha advertido de que podría atacar a milicianos de Hezbolá por mar y por eso ha pedido a la población que se mantengan alejados de la costa. Lo que puede ser una ruina para el comercio y la pesca en esta localidad.

Las fuerzas israelíes anunciaron que sus operaciones en Líbano iban a ser limitadas, pero parecen decididas a ampliar cada vez más su ofensiva. 

El Telediario 2 se realiza este lunes desde Jerusalén, justo cuando se cumple un año de los ataques de Hamás y de la ofensiva israelí contra Gaza. Desde ahí TVE analiza los distintos frentes de este conflicto que no se ha quedado solo en Israel y Palestina. En este tiempo se ha extendido elevando la tensión en esta zona del mundo, ya de por sí convulsa.

Un equipo del Telediario ha viajado con María Santos, una enfermera española de Médicos Sin Fronteras, hasta Amán, desde donde un convoy de la ONU la trasladará hasta Gaza. Será su primera vez en la Franja, donde estará seis semanas. Solo 17 de los 36 hospitales de Gaza están parcialmente activos. De entre los miles de heridos en Gaza, a los que atienden trabajadores humanitarios como María, los más afortunados son evacuados a Egipto, y solo unos pocos, sobre todo niños, a Jordania. 

El hecho de que un año después de los atentados de Hamás haya todavía cerca de un centenar de israelíes secuestrados, ha condicionado el apoyo interno al presidente israelí, Benjamín Netanyahu. Pese a ello, la escalada bélica en Líbano ha mejorado su popularidad e imagen pública, en gran medida por sus acciones contra los líderes de Hamás e Hizbulá alojados en el país. Sin embargo, Netanyahu sigue enfrentándose a varias causas penales, entre ellas una por corrupción, y que por el momento han quedado paralizadas completamente debido a la guerra. Hasta ahora, su supervivencia política pasa por el apoyo de sus socios de Gobierno, grupos ultranacionalistas que exigen mano dura contra Hamás e Hizbulá, y que amenazan con retirarle sus simpatías si favorece un alto el fuego.

Este lunes, la actualidad nacional pasa por el aniversario del ataque de Hamás a Israel. Llega con las relaciones entre España e Israel más tensas que nunca. La última crisis a cuenta de las manifestaciones propalestinas. El Gobierno de Benjamín Netanyahu acusa a nuestro país de ser un "paraíso" para los antisemitas.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, ha respondido a la acusación asegurando que está "fuera de todo lugar porque España es un país de tolerancia" y ha vuelto a pedir la "liberación incondicional" de los rehenes.

Mientras, el presidente del Gobierno ha vuelto a condenar el ataque de Hamás y ha pedido un alto el fuego. Sumar, por su parte, pone el foco en Israel e insta a aplicar sanciones. PP y Vox recuerdan a las 1200 víctimas israelíes y trasladan su apoyo a Netanyahu.

Foto: Gustavo Valiente / Europa Press

En contra de lo que parece defender Netanyahu, los familiares de los rehenes, 12 meses después, siguen pidiendo al Gobierno israelí que priorice la firma de un acuerdo de tregua con Hamás, cuyas negociaciones están bloqueadas desde el pasado mes de agosto, que permita la liberación de sus seres queridos. 

Muchos temen que la extensión del conflicto hacia el Líbano olvide a los cerca de 100 rehenes israelís que todavía continúan en Gaza.

Desde hace un año, los cohetes de Hizbulá llegan casi a diario al norte de Israel. La mayoría son interceptados por el escudo antimisiles, pero algunos impactan sobre las ciudades. Una de las más castigadas es Haifa, la tercera ciudad del país, donde son comunes los trabajos de reparación tras los daños ocasionados. Los ataques del grupo chií han hecho que Israel evacúe a casi 70.000 personas de la frontera con Líbano, que aún no han podido regresar a sus hogares.

Su vuelta es una de las razones por las que el primer ministro, Benjamin Netanyahu, justifica la invasión del Líbano. Además, han reducido la actividad económica de muchas ciudades de la zona. Al norte de Haifa se concentran soldados y carros de combate. Netanyahu ha prometido "la fuerza que sea necesaria" hasta lograr el regreso de los evacuados.

Hasta hace unas semanas, Hannah vivía bien de su trabajo como maquilladora y peluquera. Era influencer en las redes libanesas, con decenas de miles de seguidores. Pero su vida ha dado un vuelco y ahora duerme con sus hijos en este parque de Beirut, a la intemperie. Se han tenido que desplazar dos veces, primero dejó su casa en el sur del país, huyendo de los ataques, y se refugió, en los suburbios de la capital, en los barrios de Dahye, una zona que ya casi nadie habita porque está siendo bombardeada a diario: un símbolo de la devastación.

El 7 de octubre de 2023, Hamás asesinó 1.200 personas y unas 250 fueron tomadas como rehenes. Como respuesta, el Gobierno de Netanyahu inició una ofensiva sin precedentes sobre la Franja de Gaza con la matanza de 42.000 personas.

Un año después, el conflicto se ha extendido a más lugares de Oriente Próximo con la implicación de Líbano e Irán y cada vez se diluye más la posibilidad de alcanzar un acuerdo.