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 El sudeste asiático recuerda a las víctimas del tsunami que hace diez años barrió sus costas. La zona cero ha podido renacer de sus escombros gracias a una ola de solidaridad internacional. Pero hay heridas imposibles de cerrar. Muchos supervivientes perdieron a la familia al completo.

Todo comenzó con un terremoto con epicentro en Sumatra, Indonesia. Faltaban dos minutos para las ocho de la mañana cuando primero comenzó a temblar la tierra y luego a rugir el mar. Murieron 230.000 personas tras el paso de una gran ola que devastó pueblos y ciudades enteras. La tragedia dio paso a la solidaridad y a la ayuda.

Hace 10 años que una ola gigante se tragó literalmente hoteles, casas, calles y la vida de 230.000 personas. Un fuerte terremoto en Indonesia provocó una ola gigantesca que barrió las costas de una docena de países bañados por el océano Índico. En Tailandia, el mar retrocedió hasta cien metros, para después levantar olas de hasta 10 metros de altura. 

Al menos 51 personas murieron el pasado martes en varios ataques contra civiles en el estado de Assam, en el norte de la India, que las autoridades atribuyen a guerrillas independentistas.

Los ataques tuvieron lugar en cuatro localidades diferentes en el plazo de unas horas. Entre los fallecidos hay al menos 10 mujeres y 13 niños, según fuentes policiales citadas por Reuters.

La mayor parte de las víctimas vivían en los distritos de Kokrajhar y Sonitpur. En este último, el hospital principal ha atendido a decenas de personas heridas de bala.

Las autoridades de Delhi han impuesto este miércoles el toque de queda en varias zonas de Assam. En Sonitpur, sin embargo, centenares de personas han desafiado el toque de queda para manifestarse frente a las comisarías y protestar contra el Gobierno, al que acusan de falta de protección.

La Policía ha dispersado a la multitud y ha disparado contra los piquetes. Al menos cinco manifestantes han muerto, según informa Reuters.

Los yihadistas del Estado Islámico (EI) han asegurado este miércoles haber derribado un avión de la coalición internacional que participa en los bombardeos contra sus posiciones en Irak y Siria, y haber capturado al piloto.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH, con sede en Londres), asegura que su red de activistas en Siria también les ha informado del derribo de un avión en la provincia de Raqqa (noreste de Siria), el principal bastión del EI.

El EI ha publicado en las redes sociales las supuestas imágenes del piloto cautivo, y afirman que se trata de un jordano.

La información no ha podido ser contrastada por fuentes independientes sobre el terreno debido a las limitaciones impuestas a los medios de comunicación. De momento tampoco ha habido ningún comentario por parte del gobierno sirio ni de la coalición internacional, encabezada por EE.UU. y de la que forman parte varios países árabes.