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En Asturias, donde llegaron a arder más de un centenar de incendios este fin de semana, están ya todos estabilizados. Ha sido la peor oleada de fuegos desde 2017, y según el Principado se trata de algo intencionado. Han quemado unas 11.000 hectáreas.

La lluvia ha dado un respiro a Asturias, aunque no consigue borrar las huellas de un fuego que algunos han visto a las puertas de sus casas y negocios. De los más de 120 incendios que hubo simultáneamente, ahora quedan una veintena de focos, la mayoría estabilizados. Los vecinos se quejan de la poca presencia de bomberos en algunas zonas. Por su parte, los bomberos se quejan de la falta de personal y han convocado una huelga indefinida a partir del lunes. El presidente del Principado, Adrián Barbón, ha puesto este incendio como ejemplo para insistir en que han sido provocados.

Foto: Montes quemados en Leiriella, Asturias (REUTERS/Vincent West)

La mayor parte de los incendios forestales que permanecen activos en Asturias están, en estos momentos, "controlados y estabilizados", salvo un fuego registrado en Parres y otro en Belmonte de Miranda,  por lo que se están empezando a retirar efectivos de apoyo que se han desplegado durante los últimos días en la comunidad.

Así lo asegurado este sábado el gerente del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), Óscar Rodríguez, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado del presidente del Principado, Adrián Barbón, para hacer balance de la oleada de incendios que han afectado con especial virulencia a la zona occidental y han obligado a evacuar a cerca de 400 personas.

En estos momentos, hay 71 incendios "abiertos", pero están "controlados", y solo dos, en Aballe (Parres) y Cutiellos (Belmonte de Miranda), aún no están estabilizados, si bien la llegada de la lluvia ayudará en los trabajos, ha señalado el gerente del SEPA.

Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias, habla en el 14 Horas de RNE de "auténticos terroristas" que continúan provocando incendios en la comunidad. Ahora mismo se contabilizan 117 fuegos activos cuya extinción, como explica, se está viendo obstaculizada por el viento procedente del sur, aunque señala que han logrado controlar focos especialmente preocupantes como el de Naranco en las inmediaciones de Oviedo. "Lo normal cuando avanza un fuego es que pueda desplazarse kilómetros porque salten chispas, pero lo anormal es que en el entorno de ese gran fuego se produzcan, a varios kilómetros, fuegos sucesivos encadenados, y eso se estaba viendo ayer", señala y no duda de que lo que está ocurriendo es algo "claramente organizado".