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Las vacunas contra la COVID-19 se han desarrollado en tiempo récord pero no han avanzado al mismo ritmo los tratamientos antivirales. Los científicos dicen que la clave está en la colaboración y en la inversión.

Se ha avanzado en antivirales, aunque no con pasos decisivos. El remdesivir cuenta un cuerpo de evidencia suficiente. Aunque por otro lado están los corticoides, como la dexametasona o el tocilizumab, que no atacan directamente al virus sino a los efectos que produce en el organismo humano. Aunque otros medicamentos de los que llenaron titulares hace meses, como la hidroxicloroquina, se han caído de los protocolos.

“Todos tenemos un familiar enfermo que necesita de la ciencia para poder mejorar y esto es simplemente mi granito de arena” decía Alejandro Díez, voluntario y telefonista de este proyecto. Cada día atiende las llamadas de los muchos interesados en formar parte de lo que ya se califica como el mayor proyecto de investigación de nuestra comunidad autónoma, al menos en muchos años, añadía Marcos López, director científico del IDIVAL.


'Cohorte Cantabria', que parte con una inversión de 700.000 euros pero que está abierto al mecenazgo y la captación de fondos competitivos, se centra en avanzar en la aplicabilidad de la medicina de precisión, dirigida a la identificación y abordaje preventivo, diagnóstico y terapéutico más efectivo para cada paciente. Con ello se tratará de mejorar la efectividad de las terapias, aplicando a cada paciente el tratamiento más adecuado.


A estas personas, que se han inscrito de forma altruista en el proyecto tras el llamamiento que se hizo hace dos semanas, se les toma en el Pabellón 20 de Valdecilla una muestra de sangre, una medida de composición corporal (bioimpedanciometría) y datos del movimiento y el sueño, así como sus datos clínicos y socioeconómicos a través de una encuesta que tienen que llevar cumplimentada junto a su consentimiento informado.

  • “Cohorte Cantabria” es un proyecto de investigación biomédica para estudiar las causas de las enfermedades
  • Analizará los datos que aporten 50.000 voluntarios de entre 40 y 69 años, residentes en la región

La Comisión de Salud Pública debate hoy si se debe aumentar el tiempo que se deja entre las dos dosis de una vacuna para, de esta forma, aumentar el número de personas que tiene una primera inyección. Es una estrategia que se ha desarrollado con buenos resultados en el Reino Unido o en Canadá. Hay expertos que apoyan esta medida en la población menor de 80 años y siempre que no sea pacientes de alto riesgo por otras patologías. Hoy, además, la EMA anuncia su decisión sobre la vacuna de Janssen que puede ser una herramienta clave para aumentar el ritmo de inmunización. Informa Alba Urrutia

El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha lanzado el estudio 'CombiVacs', que evaluará la posibilidad de administrar una dosis de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer, basada en ARN mensajero, a personas que han recibido previamente la primera dosis de AstraZeneca. Existe otra vacuna de ARN mensajero ya aprobada, como es la de Moderna, y en breve se espera que también vea la luz verde CureVac, que utiliza esta misma tecnología; aunque los resultados del estudio se ceñirán únicamente a la vacuna de Pfizer, que en principio podrían aplicarse a los menores de 60 años que ya han recibido la vacuna de AstraZeneca antes de que se suspendiese su uso en esta franja de edad.

El ensayo clínico incluirá 600 voluntarios de diferentes grupos de edad y de diferentes sitios de España. Se realizará a través de cinco grandes hospitales "que tienen la experiencia y la capacidad para hacerlo con la premura que hace falta", antes de esas 12 semanas en las que habría que poner la segunda dosis de AstraZeneca a aquellas personas que ya han recibido la primera. Los hospitales son La Paz y el Clinico de Madrid; el Clínic y el Vall d´Hebron en Barcelona, y Cruces en Bilbao.

Gracias a la Fundación Juegaterapia, dos investigadoras podrán aportar sus conocimientos a la unidad de Oncogenómica Pediátrica del Hospital Niño Jesús, en Madrid. Son Elisa Izquierdo y Vicky Fioravantti, que han podido regresar de Londres y Toronto, respectivamente, con la financiación de 108.000 euros del proyecto "Maletas". Desde esta unidad, pionera en un hospital público en España, Noemí Martínez ha hablado con las investigadoras y con Lourdes Amayas, responsable de comunicación de Juegaterapia.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha visitado este viernes las instalaciones de la empresa farmacéutica Hipra, situadas en la localidad gerundense de Amer, donde se está desarrollando una de las vacunas contra el coronavirus más prometedoras de todas las que están en fase de investigación en España. El presidente ha trasladado a la empresa que va a apostar por ellos y apoyarles en la esperanza de contar con una vacuna española en 2021. "Nunca una visita es más o menos importante, pero esta ha sido muy esperanzadora", ha zanjado.

Sánchez ha estado acompañado por la ministra de Sanidad, Carolina Darias, y por el de Ciencia e Innovación, Pedro Duque.

Hiprá prevé producir 400 millones de dosis de su vacuna, basada en una proteína recombinante, durante 2022. Según las previsiones de la propia farmacéutica, empezaría con los ensayos clínicos en junio de este año, y comenzaría a producirla en octubre, solo cinco meses después.

Las vacunas también son una esperanza para los enfermos de COVID persistente. Unas 350.000 personas que meses después de contagiarse siguen con tantos síntomas o más que el primer dia, como pérdida de memoria, cansancio extremo, problemas para respirar... María Victoria, es una de ellas. Esta enfermera en la UVI del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, y se emociona al comprobar cómo han cambiado estos síntomas después de vacunarse.

Lo que ha pasado en EE.UU. con Janssen es lo mismo que hemos vivido en Europa con AstraZeneca. Se ha detectado un efecto adverso muy raro, la trombosis con trombocitopenia. El riesgo es un caso entre un millón aproximadamente.

Los trombos son coágulos que se forman sobre todo en el cerebro, cuando los anticuerpos atacan a las plaquetas. Está por ver si tiene relación con el mecanismo de las vacunas de Janssen y AstraZeneca, que es diferente al de Pfizer o Moderna. Los trombos se han dado sobre todo en mujeres jóvenes y hay factores de riesgo. Son efectos tan poco frecuentes que no se pueden detectar hasta que el producto no sale al mercado de forma masiva, explican los científicos. Es la fase 4 de cualquier vacuna o medicamento. La preocupación que genera es normal, pero la idea a transmitir dicen, es que el sistema de farmacovigilancia funciona.

Europa sigue investigando los casos asociados a Janssen, pero los estudios realizados con AstraZeneca apuntan a que tendrían tratamiento.

Un estudio desarrollado por hematólogos del Hospital Valdecilla de Santander muestra la respuesta espectacular del plasma de personas que han superado la COVID-19 y además ya han recibido la vacuna, debido a la presencia de unos altos niveles de anticuerpos específicos que pueden ser trasfundidos a los pacientes infectados.
Este estudio, que ha sido publicado en la revista Vox Sanguinis de la Sociedad Internacional de Transfusión Sanguínea, se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de 16 donantes voluntarios, la mayoría de ellos sanitarios. Los resultados obtenidos aportan luz al tratamiento de pacientes COVID con plasma, que hasta ahora se había venido realizando con las donaciones de personas que ya habían pasado la enfermedad, pero con resultados muy desiguales dependiendo de los casos.
“Los donantes que han superado la infección, a medida que pasa el tiempo, presentan anticuerpos muy bajos”, explican los hematólogos de Valdecilla Montserrat Briz e Íñigo Romón, “y ahora lo que hemos visto es que los niveles de anticuerpos de los donantes voluntarios, que ya habían pasado la enfermedad y además ya han sido vacunados, han crecido de manera muy importante después de la vacunación”.
Concretamente, el estudio ha analizado el plasma de 16 voluntarios con una media de edad de 41 años y ha evidenciado niveles elevados de anticuerpos (≥ 9,5) a las pocas semanas de la vacunación. Este plasma con títulos altos se trasfunde ya a los pacientes con COVID. Desde que comenzó la pandemia se han realizado unas 600 trasfusiones de este tipo, cerca del 80% en Valdecilla, que aglutina la mayor parte de los enfermos COVID de la Comunidad. En todas ellas se prioriza el plasma que puede dar mejores resultados.
“Para nosotros eso es esencial porque es el tratamiento que ponemos a los pacientes con una infección grave”, subrayan, explicando que la evidencia indica que la terapia con plasma es efectiva cuando tiene niveles altos de anticuerpos y se trasfunde de manera precoz, cuando la enfermedad tiene poca evolución.
Así, el estudio señala el perfil óptimo del donante de plasma COVID cruzando los requerimientos de agencias reguladoras como la FDA y el nivel de anticuerpos detectados: persona de mediana edad, que haya pasado la enfermedad y que además ya haya sido vacunada.
“Necesitamos a los mejores donantes para nuestros pacientes, personas que ya han pasado la enfermedad y ya están vacunadas. Y a estas características responden, por el momento, sobre todo los sanitarios, las fuerzas de seguridad y los docentes”, precisan los hematólogos de Valdecilla.
Los voluntarios que cumplan estas características y quieran ser donantes de plasma COVID pueden inscribirse en este programa a través del Banco de Sangre y Tejidos de Cantabria, en el área especial que ha habilitado para este programa: http://www.bscan.org/

Los raros casos de trombos graves han surgido en personas que se habían vacunado con Astrazeneca y Janssen contra la COVID-19, y los científicos estudian la posible relación. No ha ocurrido en los vacunados con Pfizer o Moderna... Las cuatro vacunas utilizan un antígeno similar -la proteína S del coronavirus-, pero usan distintos vectores, es decir, distintos vehículos para transportarlo o inducir a su producción por parte de las células.

Pfizer y Moderna utilizan el ARN mensajero, que solo transporta las instrucciones genéticas para que las células produzcan la proteína S y estimular así al sistema inmune. Por su parte, Astrazeneca y Janssen usan un adenovirus, esto es, un virus atenuado.

El retraso en el lanzamiento de la vacuna de Janssen a nivel europeo supone un nuevo traspiés para la campaña de vacunación contra la COVID-19 tanto en España como en el resto de países comunitarios, que confiaban en alcanzar la velocidad de crucero durante este segundo trimestre y una parte importante de sus expectitivas estaban depositadas en esta cuarta vacuna aprobada por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). El nuevo contratiempo puede afectar especialmente al grupo de entre 70 y 79 años, el destinado en España a recibir el nuevo fármaco monodosis y que ahora podría ver cómo se demora aún más su inmunización.

La decisión ha sido adoptada tras la detección de seis casos muy atípicos de trombosis,  similares a los que se están estudiando en relación a la vacuna de AstraZeneca, entre los más de siete millones de personas a las que ya se ha inoculado la vacuna de Janssen en Estados Unidos. Todos los episodios trombóticos se han producido en mujeres menores de 48 años, de las que una ha fallecido y otra se encuentra en estado crítico.