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Trichet también ha comunicado que los tipos de interés de la eurozona se mantienen en el uno y medio por ciento. Para aliviar la tensión en los mercados, el BCE prestará a los bancos, en una operación extraordinaria, el dinero que necesiten durante seis meses. Esa inyección de liquidez se llevará a cabo el 9 de agosto y vencerá el 1 de marzo de 2012. Trichet no ha aclarado si el BCE ha comprado deuda pública europea en estos días.

Sigue en Bruselas la cumbre del Eurogrupo en la que los jefes de estado o de gobierno de la zona euro buscan un acuerdo para rescatar de nuevo a Grecia y poner fin a la inestabilidad en los mercados.

Todas las opciones están abiertas, aunque se abre paso cada vez con más fuerza la reestructuración de la deuda griega, el impago parcial de la deuda. Sobre la mesa están también otras medidas como suavizar las condiciones de los préstamos a Atenas o incluso la posibilidad de conceder créditos preventivos a países en dificultades. Todas las bolsas europeas han cerrado con subidas ante la perspectiva de un acuerdo sobre Grecia. La de Madrid ha subido casi un 3%.

En Bruselas reconocen que para frenar los ataques de los mercados a la deuda es imprescindible que los jefes de Estado y Gobierno de la eurozona lleguen a un acuerdo sobre Grecia en la reunión que tendrán pasado mañana.

Es la segunda vez que bancos y cajas hacen públicos los resultados de este examen, más duro que en 2010. Las autoridades quieren evitar que, como sucedió entonces, se cuelen entre los aptos algunos malos estudiantes, como los bancos irlandeses, a los que hubo que rescatar pocos meses después de darles el aprobado.

De las 90 entidades europeas que se presentan finalmente a la prueba, 25 -más de la cuarta parte- son españolas. Eso supone un 95% de nuestro sistema financiero, muy por encima de la media europea, que pone bajo la lupa al 65% de sus bancos y cajas. Su intención, dice la banca española, es demostrar la máxima transparencia.

Las pruebas de esfuerzo consisten en aplicar una simulación. ¿Qué pasaría con las cuentas de bancos y cajas europeos si la economía sufriese una brusca caída, si el paro se disparase, se desplomaran los precios de la vivienda o aumentase la prima de riesgo? Poniéndose en lo peor, las entidades deberían conservar al menos un 5% de capital principal, de alta calidad.

El sector financiero español critica que la autoridad europea considera aquí un escenario mucho más adverso que para otros países. También le reprocha que no tenga en cuenta las llamadas provisiones genéricas, un colchón que el Banco de España exige guardar para tiempos difíciles y que no es obligatorio en el resto de Europa. Pero aunque las entidades no soportasen la riada del descalabro económico simulado los analistas apelan a la calma porque España es el único país que ya tiene el dinero preparado para poder intervenir y tener tranquilos a los depositantes y a los contribuyentes.

Los mercados internacionales esperan los resultados globales del test de solvencia a bancos y cajas europeos que dará a conocer la Agencia Bancaria Europea (EBA) a las 18.00 de esta tarde. Se trata de unas pruebas que, a lo largo de estos meses, se ha realizado al sistema financiero europeo para medir, por segunda vez, su fortaleza ante un panorama económico difícil. De los 90 bancos analizados, 35 son entidades españolas. En España, el Banco Pastor y CatalunyaCaixa podrían suspender el test de estrés, entre otros motivos, porque no se han considerado las provisiones de fondos para prevenir la crisis. Algunos países como España critican los criterios utilizados al llevar a cabo las pruebas de estrés.

El Banco Central Europeo ha decido subir los tipos de interés hasta el 1,5%. Es la segunda vez que se encarece el precio del dinero en lo que va de año. El presidente del Banco Central, Jean Claude Trichet, ha dicho que hay que seguir controlando la inflación para fomentar el crecimiento. Esta es la segunda subida del año, después de la del mes de abril. Antes, habían estado casi dos años congelados a un nivel históricamente bajo, al 1%, para intentar estimular la recuperación económica. A Trichet le han preguntado si habrá una nueva subida de tipos a corto plazo. No lo ha confirmado, pero tampoco ha cerrado la puerta a nuevo incremento. Actuarán, ha insistido, según la evolución de los precios, y en el momento que consideren conveniente.

En Bruselas siguen con la mirada puesta en las agencias de calificación. Después de las criticas que el miércoles pasado hizo Durao Barroso a la decisión de Moody's sobre Portugal, este jueves varios eurodiputados han reclamado al gobierno comunitario que tome la iniciativa y que cree una agencia de calificación europea.

En Europa ya nadie defiende a las tres grandes agencias de 'rating' -Moody's, Fitch y S&P-. Pero la gran contradicción es que las mismas instituciones que las critican, como la Unión Europea o el Banco Central Europeo, exigen sus calificaciones a la hora de toma determinadas decisiones.

La Unión Europea se encuentra en una encrucijada: regular definitivamente las agencias de calificación o seguir como hasta ahora, amagando pero negociando a hurtadillas con ellas para obtener un juicio menos severo en situaciones como la participación de los acreedores privados en el segundo rescate a Grecia.

Una subida de los tipos de interés quiere decir que el dinero se encarece. Pese a que los analistas daban en general por descontada esta subida, no todos están de acuerdo con que la medida sea adecuada en las actuales circunstancias.

Algunos dicen que la decisión apenas se notará en la concesión de créditos porque los bancos cobran ya intereses más altos y consideran que a países como España podría venirles bien para controlar la subida de precios. Otros, sin embargo, creen que puede ser bastante contraproducente y resultar un golpe adicional a la deuda soberana y al crecimiento económico de los países de la periferia de la zona euro.

El Banco Central Europeo cumple con el guión y sube los tipos de interés un cuarto de punto. De esta forma, el precio del dinero en la zona euro se sitúa en el 1,5%. "Esta decisión va a contribuir, a mantener las expectativas de inflación de la zona euro en línea con nuestro objetivo de mantenerla alrededor del 2% a medio plazo. Este objetivo es un requisito para que la política monetaria contribuya al crecimiento económico en la eurozona", ha señalado el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, en rueda de prensa.