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La Bolsa española se ha desplomado el 2,35% -la mayor caída desde el 15 de octubre- y ha perdido los 10.700 puntos, después del desplome de Bankia, cercano al 6%, y la rebaja de las previsiones de crecimiento de la zona euro del BCE, que han arrastrado a todo el sector bancario. Con la prima de riesgo al alza y el rendimiento del bono español más lejos de mínimos, el principal selectivo español, el IBEX 35, ha perdido 256 puntos, el 2,35%, hasta los 10.619,90 puntos, con lo que las ganancias anuales bajan al 7,09%.

La Bolsa española ha subido el 0,76%, con lo que su principal indicador, el IBEX 35, ha recuperado los 10.700 puntos, nivel que no alcanzaba desde principios de octubre. El rendimiento del bono español a diez años ha caído por debajo de 1,9% por primera vez en su historia hasta el 1,882%. La prima de riesgo ha terminado al jornada en 119 puntos básicos, frente a los 123 que ha marcado en la apertura. Por su parte, el barril de petróleo Brent caía hasta mínimos de 2010, por debajo de 72 dólares, después de que la OPEP haya decidido mantener la producción del crudo. La aerolínea IAG ha sido el valor más alcista al subir el 4,56%; seguido de FCC, que tras suspendida de cotización esta mañana ha cerrado con un alza del 3,50% y ello después de haber llegado a un acuerdo con el multimillonario mexicano Carlos Slim.

El IBEX 35 ha subido este viernes un 3,05%, la mayor alza desde julio de 2013, hasta 10.520,80 puntos y el interés del bono a diez años ha marcado un mínimo histórico en el 2,02% -con la prima de riesgo en 125 puntos básicos-, gracias al compromiso del Banco Central Europeo (BCE) de actuar con rapidez para elevar la inflación. También han cerrado con fuertes ganancias las principales Bolsas europeas: Milán (3,88%), París (2,67%), Fráncfort (2,62%) y Londres (1,08%).

El Banco Central Europeo (BCE) amplía la lista de compras al referirse a la posibilidad de adquirir bonos soberanos o incluso activos como oro, acciones o fondos de inversión. Lo que haga falta, ha vuelto a repetir Mario Draghi, las palabras mágicas que pronunció en 2012 en el momento más crítico de la crisis en la zona euro. Aunque el presidente del BCE ha recordado a los países que el organismo monetario no puede solucionarlo todo solo y que son necesarias también reformas estructurales.