A vista de pájaro, el gris oscuro de las rocas se come, poco a poco, al blanco de la nieve. Esto es la cordillera andina de Bolivia, un país donde casi el 50% de sus glaciares pierde terreno año tras año. El cambio climático provoca el deshielo, y eso afecta a las comunidades campesinas de la región.
Paulino Quispe cuenta , en quechua, que antes las montañas estaban llenas de nieve, pero que ahora falta agua para beber, y agua para el cultivo.
La temperatura aumenta, y el deshielo y la muerte paulatina de los glaciares afecta a la vida de estos campesinos. Hay cultivos, como la quinua, que apenas se dan. Y se han recuperado técnicas de cultivo milenarias que se adaptan mejor a terrenos áridos y a la escasez de agua.
Otros expertos prefieren ver el vaso medio lleno. EL calentamiento global hace inviable cierto tipo de cultivos, pero …
De cómo se adapten los campesinos dependerá también su alimentación. Todos, sin embargo, sufren ya la falta de agua que caía de los glaciares, la que llenaba los ríos y los lagos en las épocas de sequía.
Un estudio de Oxfam sostiene que la subida de la temperatura y la desaparición de los glaciares tendrá graves consecuencias en un país donde 1 de cada 4 habitantes no satisface sus necesidades alimentarias. Bolivia, que apenas contribuye a la contaminación de la atmósfera, sufre sin embargo los graves daños del calentamiento global.