El fuego en Tenerife avanza más despacio, pero aún sigue descontrolado. En cuatro días las llamas han arrasado unas 3.700 hectáreas de nueve municipios y hay más de 7.000 personas evacuadas y confinadas.
A los mandos de helicópteros y de hidroaviones, los bomberos combaten las llamas una y otra vez aprovechando que en las últimas horas han podido multiplicar el número de vuelos. El incendio sigue descontrolado, pero ha dejado de tener un comportamiento errático y ha permitido a los técnicos ralentizar el avance del fuego.