Esta medianoche comienza oficialmente la campaña electoral en Castilla y León. Por delante, 15 días que marcarán el futuro de la comunidad y también, el de la política nacional. Nunca antes Castilla y León había estado tan en el centro de la política nacional como desde el momento en el que Alfonso Fernández Mañueco anunció que disolvía el Gobierno con Ciudadanos y convocaba elecciones.
La primera campaña electoral del año arranca con mucha presencia de Casado y Abascal, discreta de Sánchez y un solo acto de Díaz. Será el primer campo de pruebas para los grandes partidos de cara a las próximas andaluzas y para los partidos de la España vaciada, que concurren en 5 provincias. La clave de estas elecciones está en las sumas.
Los populares aspiran a gobernar en solitario e intentarán a toda costa aprovechar el desgaste que a priori muestra el PSOE en casi todas las encuestas y repetir con Mañueco el efecto Ayuso del 4M. Para el PP sumar dos éxitos autonómicos significaría para Génova apuntalar a Pablo Casado como la alternativa a Sánchez y abrir un ciclo favorable de cara las generales.
En el PSOE no creen que Mañueco alcance la mayoría si no suma con Vox. Los socialistas parten con buenas sensaciones en esta campaña y confían en que la izquierda no se verá tan fragmentada en Castilla y León como ocurrió en Madrid y con las encuestas son cautos.
Unidas Podemos estrena coalición y aspira a mantener resultados. Un partido clave es Ciudadanos que esperan que al PP -hasta ahora su socio- no les salga la jugada de borrarles de la junta y amenazan con no apoyar a Mañueco si son la pieza que falta para un gobierno del PP y Vox, que presienten que estarán por encima de lo que vaticinan las encuestas.
Informa Paco Alcántara y Verónica Muñoz