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A China hay que conocerla para mantener relaciones y presionarla donde a Europa le convenga. Es lo que opina el que fuera embajador de España en Pekín durante seis años Rafael Dezcallar, que analiza el crecimiento de China en un ensayo que describe las fortalezas y debilidades del que llaman El Gran Dragón." No podemos permitirnos el lujo de no conocer a China porque China está en todas partes (...) No hay que demonizarla: necesitamos entender a China para saber cómo oponernos a ella cuando haga falta, pero colaborar con ella cuando sea posible", afirma en una entrevista a TVE.

Foto: EFE/EPA/ALEX PLAVEVSKI

El ascenso de China cada vez es más real. El país asiático está en la ropa, en la mesa, en la pantalla que está usted mirando. El embajador de España en Pekín entre 2018 y 2024, Rafael Dezcallar, define a China como capitalista y leninista, es decir, innovación y planificación con control social. Pero en su expansión, China ha tropezado con la otra gran potencia global, Estados Unidos, y también suenan tambores de guerra en Taiwán. El diplomático sostiene que "no podemos permitirnos el lujo de no conocer a China porque China está en todas partes (...) No hay que demonizarla: necesitamos entender a China para saber cómo oponernos a ella cuando haga falta, pero colaborar con ella cuando sea posible". Según Dezcallar, Europa y Estados Unidos deben dejar de culpar de sus propios fracasos a China, que —mientras tanto— ocupa el espacio que dejan los errores del Viejo mundo.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha vuelto a pedir este lunes a la Reserva Federal (Fed, el banco central de EE.UU.) que baje los tipos de interés, a la vez que ha cargado contra China, que ha respondido a los aranceles impuestos por Washington con aranceles recíprocos. Pekín por su parte rechaza la "intimidación económica" del presidente estadounidense.

La guerra comercial abierta por Trump con sus aranceles impuestos a todos sus socios comerciales sigue provocando temblores en las economías y mercados internacionales. Este lunes, las bolsas mundiales han vuelto a desplomarse.

Foto: EFE/EPA/ALEX PLAVEVSKI

China ha denunciado a Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio y ha respondido con la misma moneda. Hasta ahora se había contenido, no quería entrar en una guerra comercial abierta con Estados Unidos, pero la segunda economía del mundo enseña las garras y a partir del 10 de abril impone un 34% de aranceles a todos los productos de Estados Unidos, lo mismo que Washington anunció para Pekín hace dos días.

REUTERS/Kevin Lamarque/File Photo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado en el que ha llamado "el día de la liberación" un paquete de aranceles "recíprocos", que afectarán a todos los países que tengan relaciones comerciales con Estados Unidos.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ya ha adelantado que estas medidas tendrán consecuencias negativas en la economía mundial.

En España, afectará a empresas que exportan a Estados Unidos, viendo reducida su capacidad de exportación, y deberán tratar de reconducir sus productos a otras regiones. El empleo puede verse afectado y ello a su vez, podría derivar a una subida de precios para compensar pérdidas.

Expertos advierten que esta escalada de aranceles incrementará la inflación en Estados Unidos y puede provocar que la Reserva Federal no baje los tipos de interés a corto plazo. En Europa, también podría verse ralentizada la baja de tipos por parte del Banco Central Europeo.

Otra de las consecuencias de estos aranceles está en la afección a las cadenas de suministros, que podrían sufrir un efecto dominó con el incremento de los precios.

En España los sectores que se verán más afectados ante el proteccionismo económico de Trump son el farmacéutico, el de la maquinaria y el sector agrícola, con el vino y el aceite.