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  • Las memorias de una antiguo militar estadounidense lo sitúan allí
  • Los restos podrían haberse perdido en el hundimiento de un barco japonés
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"El tiempo entre costuras" fue la novela española más vendida del año pasado en nuestro país. Su autora, María Dueñas, ya prepara la segunda, pero antes ha viajado hasta Pekín, uno de los mercados literarios más complicados, para presentar la versión china de una historia que no entiende de fronteras.

Allí se ha reunido con inversores, empresarios y miembros del Gobierno. Y ha dicho que no busca en China salvación a la crisis sino potenciar las relaciones comerciales y financieras con la segunda economía mundial.

El ministro de Economía y Competitividad español, Luis de Guindos, ha llegado a Pekín para reunirse con autoridades y representantes de instituciones financieras inversoras chinas y pedirles confianza en las medidas puestas en marcha por el Gobierno español para salir de la crisis. La agenda del ministro, de algo más de 24 horas, incluye también una reunión con empresarios españoles con negocios en China y con los directivos del Fondo Nacional del Pensiones y de la Administración Estatal de Divisas del país. Mañana, jueves, antes de viajar a Singapur, De Guindos se reunirá y almorzará con su colega chino, Chen Deming, que acaba de reafirmar que China, segundo mayor importador del mundo, pasará muy pronto a ser líder porque si vende a precios asequibles también compra mercancías de alta gama, según el diario Global Times.

La comunidad china tiene fama de trabajar mucho, con sueldos muy bajos, y son ya propietarios de la mitad del pequeño comercio alimenticio en ciudades como Barcelona o Madrid. Su cultura del esfuerzo es, para algunos, un ejemplo para salir de la crisis. Pero sus descendientes empiezan a cambiar de costumbres.

El régimen chino ha destituido a uno de sus políticos estrella, Bo Xilai, acusado de corrupción y al que muchos tachaban de querer llevar a cabo una nueva Revolución Cultural. Su cese ha destapado todo un culebrón político de lucha de clanes a pocos meses del relevo de la cúpula comunista.

Wen Jiabao ha dicho que hay que hacer reformas políticas urgentes; pero al mismo tiempo, el Parlamento ha aprobado una polémica reforma legal que autoriza las desapariciones forzosas de disidentes.