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Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona y el Barcelona Supercomputing Center - Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) revela que la calidad del aire en Europa ha mejorado considerablemente en las dos últimas décadas. Pese a estos buenos datos, los niveles de contaminación siguen estando por encima de lo recomendado. Hablamos con Carlos Pérez García-Pando, investigador del grupo de calidad del aire del BSC-CNS y uno de los autores del estudio, que asegura que "las medidas de mejora de la calidad del aire funcionan, pero no son suficientes". El estudio incide también en el complejo reto de la disminución del ozono, cuyos niveles han aumentado: "El ozono muestra una tendencia preocupante, algo favorecido por el cambio climático". Como medida de mitigación propone la reducción de los compuestos orgánicos volátiles, "algo difícil", reconoce. "Hay mucha investigación que hacer para controlar mejor el ozono", añade. 

Estos días la Cumbre del Clima (COP28) reúne en Dubái a líderes de todo el mundo para hablar de sostenibilidad. Pero, ¿cómo es la huella de carbono del propio evento? Grupos ecologistas critican que presidentes y delegados acuden a la reunión con aviones y vehículos privados muy contaminantes y que las propias acreditaciones de los asistentes son de plástico. Este material abunda también en los envoltorios de la comida y en los cubiertos de un solo uso que se proporcionan durante la reunión ambiental. Foto: REUTERS/Thaier Al Sudani

La contaminación por partículas es uno de los mayores riesgos para la salud y la India es uno de los países que más más la sufre. Una niebla tóxica envuelve gran parte del norte cada invierno, cuando Nueva Delhi se convierte en una de las capitales con mayor polución del planeta.