La familia real británica dio este sábado su último adiós a Felipe de Edimburgo, el difunto esposo de la reina Isabel II. Una imagen llamó la atención durante la ceremonia, la de la monarca sentada sola y apartada en la capilla de San Jorge de Windsor. Llegó sola, se sentó sola y se fue sola tras el oficio por la muerte de su marido. Isabel II organizó el funeral de principio a fin, siguiendo los deseos del príncipe Felipe y las restricciones marcadas por la pandemia. Decidió los 30 asistentes, cómo debía vestir la familia y cómo se colocarian en la comitiva y en el oficio.
Foto: Isabel II durante el funeral de su marido en la capilla de San Jorge. VICTORIA JONES/ REUTERS
El ataúd con el cuerpo del duque de Edimburgo, consorte de la reina Isabel II de Inglaterra durante más de siete décadas, ha sido depositado este sábado en el panteón real de la capilla de San Jorge tras una ceremonia íntima y sin público, a la que solo han asistido 30 invitados debido a la pandemia de coronavirus.
Foto: La reina Isabel II observa el ataud con los restos de su esposo. Dominic Lipinski/Pool via REUTERS
El príncipe Felipe de Edimburgo ha muerto a los 99 años de edad. El marido de la reina Isabel II estaba retirado de la vida pública desde hacía tres años. Ha fallecido de una insuficiencia cardiaca y respiratoria, según el Palacio de Buckingham.
Debido a la pandemia, las incineraciones han aumentado en el último año y ya se han alcanzado las cifras previstas para 2025. Muchas familias se preguntan qué hacer con las cenizas. La Iglesia católica ha publicado una serie de indicaciones al notar prácticas cada vez más alejadas de la fe. Recuerda que tienen que estar en un lugar sagrado, como un columbario, y no permite que estén en casa, ni repartidas entre familiares.
Según los datos provisionales del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre enero y junio el número de defunciones aumentó cerca de un 20%, principalmente por los efectos de la pandemia desde el mes de marzo, y casi la mitad fueron personas de más de 85 años. Es la cifra mas alta desde 1941, año en que se empiezan a registrar.
Esa subida tan drástica deja otro dato negativo, el del crecimiento vegetativo, la diferencia entre los nacimientos y las defunciones. En esos primeros seis meses del año pasado murieron 94.000 personas más de las que nacieron.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha hecho pública su estadística de muertes entre los meses de marzo y mayo de 2020. En ese período fallecieron con COVID-19 o con sospecha de tener la enfermedad 45.684 personas, es decir, 18.557 más que las que contabilizó el Ministerio de Sanidad en esa época. No obstante, el organismo solo ha facilitado en sus informes el número de fallecimientos confirmados con una prueba diagnóstica positiva. Según el INE, estas nuevas cifras están extraídas directamente de los certificados de defunción de todas las comunidades autónomas. Las comunidades con más fallecidos son Castilla-La Mancha, la Comunidad de Madrid, y Castilla y León. Además, durante la primera ola, aumentaron especialmente con respecto a 2019 las muertes por diabetes, enfermedades hipertensivas y Alzheimer. [Coronavirus: última hora en directo
La incidencia del coronavirus baja de 400 casos por 100.000 habitantes en España, se ha tardado un mes en bajar de media del umbral de los 500, pero la situación no está controlada, Castilla y León y País Vasco siguen por encima de los 600 contagios acumulados y La Rioja supera los 500. La presión hospitalaria mejora un poco y también se reduce ligeramente la mortalidad, el último factor que evoluciona positivamente.
Cuando una persona fallece, el registro civil proporciona el certificado de defunción. Es un documento básico para obtener una pensión, una herencia o hacer gestiones bancarias. También hay que solicitar el certificado de últimas voluntades para saber si el difunto tenía o no testamento. El aumento de fallecidos y el confinamiento han supuesto una demora en estos trámites. [Última hora del coronavirus]
Convirtió en Literatura cada viaje que hizo. Y viajó mucho: desde el Ártico al 'Corazón de Ulises' o a 'Los caminos perdidos de África'. En más de una ocasiónJavier Reverte se jugó la vida. Novelista, biógrafo, poeta, gran parte de su vida la dedicó al periodismo. Fue reportero del programa de esta casa En Portada y crónicas de guerra de Nicaragua o Sarajevo también llevaron su firma. El mundo se queda hoy sin un explorador, el que fue Javier Reverte.