Las mujeres y niñas que huyen de Ucrania corren el riesgo de convertirse en víctimas de trata. Ante la búsqueda de transporte o alojamiento, pueden ser engañadas por tratantes, que ocultan su intención delictiva tras una supuesta solidaridad. Hablamos con Marta González Manchón, coordinadora de sensibilización e incidencia política de Proyecto Esperanza Adoratrices, sobre los consejos y recomendaciones para reducir este riesgo. No entregar el pasaporte a nadie, mantener un contacto constante con personas de confianza que conozcan su ubicación o hacer una foto al medio de transporte en el que suban son algunos de ellos. También hacen recomendaciones a los Estados que reciben a los refugiados, enfocados en abordar cuanto antes su situación de protección para reducir su vulnerabilidad.
Cada vez más niños llegan con heridas de gravedad al Hospital Infantil de Kiev. Se ha estimado que cerca de 600 niños ha sido trasladados a zonas aledañas de las atacadas por el ejército ruso en la ciudad. Aun así, muchos niños continúan llegando al hospital.
Hablamos con Volodimyr Karavansky, “Vova”, un niño de 12 años que se ha quedado en silla de ruedas tras ser alcanzado por una bala. Vova cuenta cómo fue herido, en medio de la huida del país con su familia. Su padre ha muerto y ahora solo le queda su madre.
Ella nos cuenta que, aunque Vova parece que se va recomponiendo tras el ataque, las consecuencias del balazo podrían costarle la capacidad de andar para el resto de su vida, debido a que las malas condiciones en el hospital le impiden realizar la rehabilitación necesaria para su caso.
Además de los daños físicos, niños en Ucrania se enfrentan a serios problemas de salud mental a raíz de estar expuestos a tanta violencia e incluso experimentarla en primera persona. Los psicólogos que se encuentran dando apoyo a los niños no dan abasto.
Mientras tanto, Rusia asegura que sus ofensivas se enfocan a deshabilitar únicamente las capacidades militares del país invadido y además niega haber dañado directamente a los residentes de Ucrania.
Aunque todavía no se ha producido la salida definitiva a nivel jurídico, todo apunta a que Rusia dejará de formar parte del Consejo de Europa a lo largo del día de hoy. Argelia Queralt, profesora de derecho Constitucional en la Universidad de Barcelona, nos explica en Las Mañanas de RNE las consecuencias de esta decisión: “Si llega a desvincularse, abandonará el Convenio Europeo de Derechos Humanos”, indica. Un sistema cuya función es la permitir a los ciudadanos denunciar las violaciones en materia de derechos por parte de las autoridades y poderes públicos.
La entrada de Rusia en el Convenio ha servido para responder a algunas de las grandes tragedias ocurridas en el país, así como para modificar aspectos de su legislación que limitaban la libertad de las personas en distintos ámbitos. Unos avances que, aunque a ojos internacionales parezcan básicos, han resultado indispensables para los residentes de “un estado en el que los estándares en materia de derechos fundamentales son tan bajos”, como explica Queralt.
Rusia ha anunciado que abandona el Consejo de Europa y que revoca el Convenio de Derechos Humanos. El pasado viernes ya lo sugirió y hoy lo ha notificado formalmente. El Consejo de Europa es un organismo —no confundir con las instituciones de la UE— que vela por la democracia y los derechos humanos en el viejo continente. Rusia se unió en 1996. Tras el inicio de la invasión de Ucrania, ya tenía sus derechos como miembro suspendidos y el resto de estados sopesaba activar el procedimiento para su expulsión. Al revocar el Convenio de Derechos Humanos, el Kremlin deja de estar sujeto al Tribunal de Estrasburgo, donde tenía un expediente negro con varias condenas.
El Tribunal Constitucional polaco ha dictaminado que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no puede cuestionar el nombramiento de jueces en el país. La justicia polaca reclama una autonomía que entra en colisión con el convenio europeo de derechos humanos. Este tipo de choques con Bruselas también se han producido en materia de migraciones, cambio climático o los derechos del colectivo LGTBIQ+.