Niños que dibujan aviones bombardeando sus casas y combates en la misma calle donde antes jugaban. Es su realidad cotidiana después de dos años de guerra.
Además de no tener cubiertas sus necesidades básicas de alimentación, medicamentos, refugio y de protección. Muchos niños y muchas niñas están expuestos a formas extremas de violencia. El conflicto se ha cobrado 70 mil vidas y tres de cada cuatro niños sirios han visto morir a un familiar o a un ser querido.