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Angel Schlesser estampa flores en azul y naranja. Una novedad en el cántabro que no suele dibujar sobre sus prendas. Para el próximo verano piensa en un atardecer en el puerto en Palm Spring que se prolonga hasta el anochecer.

En las primeras horas Schlesser viste a la mujer con suaves conjuntos y vestidos en color blanco. Algunos se dejan decorar con tejidos metalizados y trazos de lamé. Las primeras salidas son sencillas, a veces sobrias, pero a medida que avanza el desfile se vuelven sofisticadas y lujosas.

El diseñador se inspira en mujeres con carácter como Bianca Jagger y Lana Turner. Del armario de la primera elige sus fabulosos sastres en blanco y de la segunda un conjunto en tono turquesa.

"Abstracciones" es el título de la colección de Victorio & Lucchino porque se han inspirado en la obra de Robert Delaunay. Los sevillanos dibujan estampados de "papel de aguas" y otros que parecen pintados con un spray.

También se han inspirado en África de donde toman los tonos arena, cálidos y relajados, que adornan con detalles fluor en rosa o amarillo. De las culturas tribales traen mascaras que ellos dibujan con cordones de tul sobre los vestidos o las colocan en el escote a modo de collar.

Destacan las mezclas de sedas naturales con tejidos de nueva generación, y las transparencias en tul que velan lentejuelas y encajes. De sus clásicos recuperan los vestidos cortados al bies, y los echarpes en tamañano grande formados por sus famosas "caracolas".

No siempre que se hace una revisión de los años 50 se acierta. Adolfo Domínguez da en la diana con una propuesta joven y llena de vida.

Para los chicos, con el top Jon Kortajarena a la cabeza, utiliza el azul típico de la casa y colorea parkas, trencas, levitas de novio y chaquetas de corte militar. Azules también para las prendas de punto, lino y denim que ofrecen diferentes tonalidades gracias a sus distintos acabados.

Para ellas destapa su perfume más femenino y sensual. A ritmo de rock&roll vemos cazadoras, abrigos de verano y monos de pantalón corto tipo cullote. Los vestidos están cuajados de detalles: plisados, drapeados, fruncidos y bordados que dan a la colección un toque de costura.

Con los colores de los helados Juan Duyos tiñe su soberbia colección en la que destaca la gama cromática con amarillos, marrones y otros como polo de menta, granizado de café , batido de fresa o sorbete de limón.

La prendas llevan una delicada labor de costura, un corte limpio y un aire retro actualizado con el buen hacer del diseñador. Los sombreros, enormes, enmarcan vestidos de línea evasé y otros asimétricos con volumen en la falda.

Muselinas, sedas y lanas frías llenan un armario sofísticado y elegante, ideales para pasear por la riviera francesa. Cuerpos contenidos y volúmenes alegres, hombros estrechos y faldas de amplio movimiento, su prouesta es un estudio del vestido eterno, una caricia al cuerpo femenino que con tanto talento revisita Duyos.

La paleta cromática va creciendo a medida que avanza el desfile. Sorprenden los lilas que se tornan morados y los grises que se vuelven líquidos en perla, magenta y plata.

Casi toda la colección, salvo un guiño inicial, es de prêt-à-porter porque la línea de baño se ha presenta en el 080 de Barcelona. Totom Comella, alma de la firma, se propone vestir el instante en que la mujer deja la playa y se pasea por la ciudad.

Capazos de arpillera y pareos se transforman en bolsos y faldas urbanas que Totom combina con camisas, cazadoras de verano y zapatos en tono maquillaje. Estos se llevan con minicalcetines en tonos fuertes, como malva, rosa o burdeos.

Pero no solo las prendas playeras conquistan la acera. El denostado chandal y el cómodo pantalón de pijama salen de casa con prendas de temporada que la diseñadora colorea con su típica paleta cromática: rosas palo, verde musgo, gris granito y marrón glacé. A ellos, en esta ocasión, se añade un naranja.