En enero de 2020, Diego Bello fue acribillado a tiros en la puerta de su casa y las autoridades le acusaron de ser narcotraficante. Una investigación asegura ahora que todo fue un montaje.
Francisco Xosé Lafuente, tío de Diego y portavoz de la familia, ha asegurado que "el capitán de la localidad hizo el montaje para poder justificar su muerte, le puso droga en una mano, le puso una pistola en la otra y lo llenaron de tiros, para hacer pretender que era una operación antidroga".
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