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Ni pajarito de Twitter, ni X. La sede de la red social en San Francisco se ha quedado sin logotipo. El nuevo, una gran equis gigante y luminosa en la azotea del edificio ha sido retirada apenas tres días después de su instalación tras las denuncias de los vecinos, ya que las luces no les dejaban conciliar el sueño. Además, no contaba con los permisos necesarios.

Hoy miles de personas, instituciones y celebridades se han levantado sin el tick azul de Twitter. La red social ha retirado este jueves estas marcas de verificación a varias cuentas que no están abonadas a Twitter Blue, una suscripción que cuesta 8 dólares al mes (7,29 euros), rompiendo así de manera definitiva la política empresarial anterior a Elon Musk, cuando Twitter daba esta verificación de forma gratuita a personas públicas.

Foto: AFP/SAMUEL CORUM

Starship, el cohete más potente desarrollado por SpaceX, la compañía de Elon Musk,  ha conseguido despegar en su primer vuelo de prueba, pero ha explotado en el aire poco después del lanzamiento. Para la empresa ha sido un éxito por el mero hecho de que haya podido despegar. En Las Mañanas de RNEJavier Pedreira,  conocido como ‘WICHO’, responsable de informática de los Museos Científicos Coruñeses y uno de los creadores del blog Microsiervos,  ha explicado que ha sido un éxito también que “superase la fase de máxima presión de la dinámica”, pero asegura que la plataforma “sufrió más daños de los que se esperaba” y recalca “los daños en el entorno. ” Explica que la NASA “no puede fallar” y Space X al ser una empresa privada es más ágil en el desarrollo de las cosas y “hacen las cosas más rápido y lanzan los cohetes como churros.” Y sobre la posibilidad de llevar personas a bordo, Pedreira ha asegurado que “todavía queda mucho trabajo para que pueda ocurrir.”

El primer vuelo de Starship ha estado muy lejos de los 90 minutos que estaban planificados. Eso no ha impedido que en Space X hayan celebrado, al menos, el lanzamiento del histórico cohete. Mientras en Space X reinaba una euforia desconcertante para el ojo inexperto, nave y cohete se habían desintegrado. En su trayectoria prevista, Starship debía casi completar la vuelta al mundo en hora y media y amerizar cerca de Hawaii. La realidad ha roto las expectativas.