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La pandemia ha empeorado las condiciones de buena parte de lasempleadas del hogar, tan esenciales como vulnerables. Hoy se celebra su día internacional. Son quienes más empleos han perdido en la pandemia y 3 de cada 10 de estas mujeres viven en el umbral de la pobreza.

Es el doble que en otros sectores. Rafaela Pimentel, fundadora del primer sindicato de trabajadoras del hogar, asegura que muchas están en las colas del hambre. "Muchas no tienen para comer o para pagar la vivienda." No tienen derecho a paro y además hay otro punto que las hace más vulnerables: muchas trabajan en negro, algunas porque no tienen papeles y otras porque esa es la única opción que les ofrecen.

Marga se ha tropezado dos veces con esta situación. La primera cuando estuvo 14 años cuidando a una señora sin contrato. "Esos años no coticé, son años perdidos que no voy a tener derecho a una jubilación digna. Se murió y quedé en la calle." Querían brazos y llegamos personas, reivindican. Personas que además sostienen el mundo. 85.000 trabajadoras del hogar cuidan de dependientes porque el sistema público no llega.

Es el sector más precarizado, con bajos salarios, sin derecho a la prestación por desempleo y, en un tercio de los casos, trabajando en situación irregular. Hablamos con Rafaela Pimentel, de la asociación de trabajadoras del hogar Territorio Doméstico y miembro de la Plataforma por un Empleo de Hogar y de Cuidados con Plenos Derechos de Madrid.

Son más de 14.000 aspirantes y la oferta de plazas asciende este año hasta las 7.989. Algunos sindicatos las ven insuficientes.

Foto: Varias personas hacen cola en el exterior del Ministerio de Sanidad para acceder al centro de examen de las pruebas de Formación Sanitaria Especializada (FSE), en Madrid (Jesús Hellín/Europa Press)

La crisis del coronavirus ha afectado a la economía de 1 de cada 4 familias españolas, que ha perdido más de un 25% de sus ingresos. De esta forma, las familias españolas se han quedado expuestas ante gastos futuros y su capacidad para afrontarlos se ha visto mermada. Por contra, aquellas familias que sí han mantenido unos ingresos medios tienen más capacidad de afrontar gastos, ya que su consumo ha caído por las restricciones de movilidad de la pandemia. FOTO: MARTA PÉREZ / EFE

Cientos de trabajadores de Abengoa se han manifestado este viernes en las calles de Sevilla para pedir que "cualquier solución pase por el mantenimiento del empleo", después de que la multinacional española solicitase en febrero el concurso de acreedores. La empresa, que arrastra ya varios años de una grave crisis, ha pasado de los 7.000 a los 2.500 puestos de trabajo en la capital hispalense en poco más de cinco años.

La Coordinadora Estatal de Personal Público (CEPPT) ha convocado manifestaciones en varias ciudades españolas para reclamar "que se cumpla la sentencia del Tribunal Europeo de Justicia del 19 de marzo de 2020 en la que se señala que estamos en abuso de temporalidad". Una temporalidad que llega, aseguran, "al 30%", lo que afecta a "alrededor de un millón de trabajadores, cerca de 700.000 ocupando puestos estructurales en administraciones públicas".

En ‘La Hora de La 1’ hemos querido analizar la situación de los jóvenes -y su representatividad- con el politólogo Pablo Simón. Asegura el experto que “no hay proceso de conversión” en su vida laboral y que pueden tardar hasta 94 meses en conseguir su primer contrato indefinido -si es que lo consiguen-, por lo que la emancipación cada vez les queda más lejos. Sobre su voto, cree el experto, que son los grandes olvidados de los partidos que “tienen que tocar sus teclas” si quieren captarlos.

Los datos son claros. Según la EPA del cuarto trimestre, en la que ya se ve el efecto de la pandemia, los ocupados a tiempo parcial en esa franja de edad representan 10 puntos, pero, la tasa de temporalidad es 30 puntos superior que entre los mayores de 30 años. Una situación aún peor en las mujeres: “Según el INJUVE no hay igualdad de oportunidades. Ellas pierden más empleo porque tienen mayor precariedad: peores contratos y peores horarios”, añade. También lo tienen más difícil los que trabajan -o trabajaban- en una ocupación manual ya que “si tú eras un asesor fiscal o un funcionario has podido tele trabajar, pero, si eres camarero, no puedes poner un café por internet”.

¿Y esto qué provoca? En opinión de Simón que “los jóvenes más vulnerables, los mismos que en la crisis anterior sufrieron la burbuja inmobiliaria y después se han reorientado hacia el turismo o la hostelería, sean los que están sufriendo de nuevo”. Una doble crisis, dice, en la que se encuentran “con un mercado laboral cerrado para ellos”. Situaciones además que influyen en otro dato: la edad media de emancipación en España es de 29 años y ya se ve una “caída de 16 puntos en su deseo de irse de casa”.

En cuanto a su hueco en la política, explica el politólogo que: “De sus temas no se habla pues los mayores votan más, son más fieles y más numerosos. Los jóvenes son menos y son más evanescentes: a veces salen a votar y a veces no, hay que saber pulsar su tecla. Esto hace que los partidos prefieran mirar a segmentos más seguros”. En opinión de Simón es fácil captarlos ya que tampoco están pidiendo “nada loco”: “Solo hay que saber hablar su lenguaje, proponer políticas públicas para ellos que acaben favoreciendo su emancipación”. Unas cuestiones, añade, que no solo les afecta a ellos, sino también a los adultos y mayores: “Si el empleo es de mala calidad, llenamos con más dificultad la bolsa de las pensiones, se cotiza menos, el Sistema está en riesgo...es una pescadilla que se muerde la cola”, ha concluido. Un efecto mariposa que hace quesi los jóvenes están precarizados, los mayores tengan un futuro peor.