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  • En los reactores fundidos la duda es si continúa la reacción de fisión nuclear
  • Una nueva línea eléctrica podría reactivar los sistemas de refrigeración
  • Lo que no cabe esperar en ningún caso es una repetición de Chernóbil

Japón está luchando con todos los medios para evitar la fusión de los reactores de la central nuclear de Fukushima, dañada por el seísmo. Este jueves por la mañana han lanzado agua a través de helicópteros y esperan seguir por la tarde con camiones cisterna.

Helicópteros de las Fuerzas de Autodefensa de Japón han empezado a descargar agua sobre los reactores de la central nuclear de Fukushima, dañada por el terremoto del día 11. El objetivo es enfriar los reactores y evitar una gran fuga radiactiva.

Los grupos ecologistas recuerdan que ya en los años setenta se alertó sobre las deficiencias del sistema de refrigeración de las centrales como Fukushima, del mismo tipo que la de Garoña en Burgos. Hay una veintena similares, construidas por la empresa norteamericana General Electric y repartidas por todo el mundo.

Es de Iberdrola y le quedan aún 13 años de vida útil, pero el próximo domingo acaba su licencia. La víspera del terremoto de Japón, Industria autorizó una prórroga por 10 años. Lo hizo después de un informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear, que ahora volverá a examinarla.

El emperador Akihito ha dicho que está "profundamente preocupado" por la catástrofe en la central nuclear de Fukushima y ha pedido a los japoneses que no se den por vencidos. Es la primera vez que se ha dirigido al país en un momento de crisis desde su llegada al trono, hace 22 años y prueba la enorme gravedad de la catástrofe.