A la madre de Silvia, de 84 años, le diagnosticaron alzhéimer y vio cómo a la pérdida de facultades se unió el vacío social y la pérdida de seguridad y autoestima del paciente. Por eso, hay otras personas, como Carolina, que trabajan para que sigan siendo independientes dentro de lo posible.
Repudiada en su país por su aspecto físico, está siendo atendida estos días por un grupo de médicos malagueños. Dentro de unos días, cuando SHALINÍ vuelva a casa, llevará en la maleta una pastilla y una crema. Con ellas empieza su nueva vida.
La acondroplasia es una enfermedad genética que impide el crecimiento de los huesos largos, lo que provoca que los enfermos tengan brazos y piernas desproporcionadamente cortos. Conocemos el testimonio de algunos afectados, que tienen que arrastrar los prejuicios de una sociedad que sigue juzgando a las personas por su apariencia física.
Participa en un proyecto de investigación del Hospital Clínico de Barcelona para mejorar la detección precoz, con muy buenos resultados.
