(Entrevista de Manuel Sollo). La pasión por la música clásica ha impulsado a Manuel Longares a crear un sólido y exagerado homenaje a este género artístico en "Sentimentales" (Galaxia Gutenberg). Extrema la estética de su narrativa a través de los habitantes de una ciudad de provincias, controlada por un militar, en la que todo está asociado a lo musical, sus calles, sus relaciones, sus grupos. Los aficionados se concentran en dos asociaciones, los septiminos, menos en número, pero aristocráticos y poderosos, y los corcheas, más abundantes, también más insatisfechos y radicales. Rivales y sectarios, ambos grupos representan la alegoría cainita de la historia, la política y el arte españoles; juntos enfrentan las modas musicales (dodecafónicas) que llegan de Madrid. El periódico "Antojos y deleites", bajo la batuta de un septimino, marca la pauta de los debates. El autor estructura la novela a modo de tríptico -"Nosotros", "Tú y yo" y "Ellos"- en un relato que también plantea la vulnerabilidad y el peligro de inflamar los sentimientos. Pero sobre todo, asistimos a una exaltación del lenguaje como ideal de escritura y a una invitación a la diversión literaria. Aquí lo comparte con todos entre el concierto para violín de Mendelsshon y la "Sinfonía sevillana" de Turina.
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