Las bodegas y las cooperativas vitivinícolas navarras viven momentos de incertidumbre. Obviamente no han vivido ajenas a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y están sufriendo sus consecuencias económicas.
Con la llegada del otoño se producirá una nueva vendimia y será entonces cuando deban de enfrentarse a un más que previsible exceso de stock. Se juntará la nueva remesa de vinos a la que no se haya podido sacar por la caída de consumo desde el pasado mes de marzo.