El momento que casi acaba con la tónica de limpieza de estos ocho días de encierros ha sido portagonizado por la imprudencia de un mozo de blanco y pantalón corto. El último toro, que cerraba la manada, se ha despistado al entrar al ruedo y el joven ha llamado su atención de manera imprudente.
El animal le ha embestido de manera violenta, sin llegar a más gracias a la profesional actuación del doblador, que le ha echado el capote para desviar la atención del animal y le ha conducido al redil.